He seguido tus pasos
Y rastreado cual vigía tus miradas
Anhelantes de otros soles,
Anhelantes de otros bríos.
Mas sumido en melancolía arcana prosigo este camino
Desechadas las promesas,
Cambiadas las estaciones de mi alma,
Una a una,
Trastocadas.
Y así, aunque otrora temeroso de la noche,
He ingresado en castillos arruinados, laberintos y mausoleos
Para, en fantasmal compañía, meditar sobre este ocaso.
Para escuchar una vez más ese rumor de tus labios
Que no proviene de esta era.
Que es eterno
Que es hielo.
Que es inmenso.
Que me clava.
Sergio Fritz Roa, 2 de diciembre de 2008
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