sábado, enero 06, 2007

HÉCTOR BARRETO Y SU PRODIGIOSA IMAGEN (Sergio Fritz Roa)



Persistir. He aquí un verbo con fuego propio. Un llamado a remecer la conciencia y a extenderla en el tiempo.¡Persistir! Aquél es el Verbo que ha de unirse para siempre al joven mártir Héctor Barreto (1917-1936), como a todo auténtico poeta.



Hijo de un tiempo violento, de trincheras urbanas, de miradas asesinas, Barreto es símbolo venerado para todo amante de la sabia letra, del armónico pensar. Ello más allá de las diferencias políticas como de toda frontera de ilusión. Pues en el fondo, el hombre siempre es hombre, con sus miserias y riquezas; y no nos es dado negar el valor allí donde lo hay.



Muerto a los diecinueve años, su vida humana se interrumpió para trascender. Para perseverar.



Cuando la bala llegó al corazón de Barreto, un ángel recibió su cuerpo de acero. O quizá una de las musas griegas, pues la mirada y espíritu de este hombre nunca estuvieron lejos de la mítica Hélade. Amante de las artes (literatura, historia y escultura), su admiración por la Grecia, en cierta forma madre del Logos y del Myto, era inevitable.



En el tiempo que va desde su muerte algunos heraldos han querido mantener su rostro para rescatarlo del silencio homicida que tapia con férreos clavos la vida del escritor, siempre precario, siempre ajeno a sus hermanos de siglo.



Hoy, gracias a ellos persiste el Nombre en cofradías extrañas, constituidas por bebedores de hidromiel, tejedores de sueños ancianos.



¿Qué debemos recordar de Barreto además de su muerte incendiaria? Su prosa, sin duda. Pues no sólo escribió con episodios su breve existencia, sino también en el papel, para transmitirnos el canto de su alma.



Hemos leído su memorable "La Perfecta Belleza", escrito hacia 1934 y no hemos podido dejar de extrañarnos alegremente por la coincidencia de espíritu y estilo con Arthur Machen, Clark Ashton Smith y Lord Dunsany, autores no traducidos a dicha fecha a nuestra lengua y del todo inaccesibles en el Santiago de 1930. Prosa fantástica, sensual y delicada. Única en nuestra Patria. Sólo los paisajes oníricos de "La Flor Inexistente" o "Las visitas de la reina de Saba" de Serrano pueden tener esquiva semejanza.



"Jasón", otro relato, que precisamente muestra la devoción del autor por la vieja Grecia, sin duda será apreciado por los lectores. Jasón, el viajero que persigue el Vellocino de Oro, no es otro que Barreto tras la Poesía, escalera que como el frontispicio del Mutus Liber comunica lo humano con lo celestial.



La edición de "Historias ociosas. Cuentos y relatos de Héctor Barreto" (Editorial Puerto de Palos, Santiago de Chile, 2004), a cargo de Rafael Videla, constituye una buena guía, un muestrario fiel al corazón sincero de Barreto. No obstante la sencillez y la existencia de algunos errores en su confección, este libro es una buena puerta y un aporte al redescubrimiento de un prosista que, no obstante no haber llegado a la perfección de su arte (debido a las contingencias que cegaron sus ojos terrenales), ha sabido persistir en cofradías solares aun en tiempos del Lobo.


(Publicado originalmente en: http://talvera.hautetfort.com/ sitio francés que recomendados vivamente)

POEMA DE RUMI


« Mírame, pues eres mi compañero en la sepulturala noche que abandones tienda y morada.
Oirás mi saludo en el hueco de la tumba: sabrásque nunca estuviste oculto a mis ojos.
Soy como la razón y el intelecto en tu seno.
En tiempos de gozo y alegría, en tiempos de pena y dolor.
¡En la noche extraña, cuando oigas la voz del Amado,escaparás de la mordedura del áspid, huirás del horror de la hormiga!
La embriaguez del amor llevará a tu tumba, como regalo,vino, amante, vela, viandas, dulces e incienso.
En la hora en que se enciende la lámpara intelectual,
¡qué himno triunfal cantan los muertos en sus tumbas!
La tierra del cementerio se confunde con sus voces,con el estruendo de los tambores de la resurrección,con la pompa de los muertos alzándose.
Has desgarrado sus sudarios, tapándose la orejas aterrorizados:¿Qué son el cerebro y la oreja ante el sonar de la trompeta?
Contempla tu ojo, para que no te confundas,que sean uno para ti la esencia del que ve y lo visto.
Hacia cualquier lado que mires, observarás mi forma,ya mires hacia ti mismo o hacia esa mezcla y confusión.
Evita la visión distorsionada y sana tus ojos,pues en ese momento, el mal de ojo se alejará de mi belleza.
Guárdate, no me malinterpretes en forma humana,pues el espíritu es muy sutil, y el amor muy celoso.
¿Qué lugar tiene la forma, si el fieltro es abundante?
Los rayos del espejo del alma son los que hacen visible el mundo.
Si hubieran buscado a Dios, en vez del sustento y la pitanza,no habrías visto un solo ciego sentado al borde del foso.
Puesto que te estableciste en nuestra ciudad como vendedor de miradas amorosas,vende miradas, como la luz, con los labios cerrados.
Guardo silencio y mantengo a los indignos en la ignorancia;
Tú eres todo lo que es digno, el misterio me está velado.Ven, como el Sol de Tabriz, hacia el Este;¡Contempla la estrella de la victoria y el estandarte del conquistador!





Yalal-ul-Din Rumi (Editorial Sufi,1995).