miércoles, diciembre 29, 2010

TRADUCCION AL ALEMÁN DE LIBRO DE SERGIO FRITZ SOBRE H.P.LOVECRAFT



La exclusiva editorial alemana Regin-Verlag, dedicada a metapolítica y estudios tradicionales, publicará a inicios de 2011 el libro de Sergio Fritz Roa "Cruzando el Umbral. Visiones sobre la obra de H.P.Lovecraft". Dicho libro en español está solo disponible en formato electrónico; pero dentro del primer semestre de 2011 se espera su publicación en formato en papel.

Bajo el título "Jenseits des Abgrunds" y subtítulo "Im Reich des Howard Phillips Lovecraft", el libro tendrá 160 pp. y un valor de 16,95 euros. Ya está operativa la preventa.

Se trata de una colección de artículos, la mayoría inéditos, acerca de la vida y obra del gran escritor fantástico H.P.Lovecraft, desde una perspectiva que utiliza los estudios simbólicos, en la línea de autores como Mircea Eliade, para indagar en las profundidades de la prosa lovecraftiana.

Para más detalles visitar el sitio:
http://www.regin-verlag.de/shop/product_info.php?info=p490_Sergio+Fritz-Roa%3A+Jenseits+des+Abgrunds.html

La presente es la segunda traducción de una obra de Fritz Roa. La primera fue de la novela "El Jardín de Trincheras", traducida al italiano como Giardino di trincee, (ALF, Roma, 2010): http://corrieremetapolitico.blogspot.com/2010/03/giardino-di-trincee.html



martes, diciembre 14, 2010

MISTERIOSO DESCUBRIMIENTO EN CHILOÉ (SERGIO FRITZ ROA)




(Arriba, fotografía del importante reportaje del diario "Las últimas noticias"del día 14 de Diciembre de 2010)


Grande fue mi sorpresa cuando un corresponsal me señala a través de un mensaje que podría ser de mi interés una información publicada el día de hoy en el diario “Las Últimas Noticias” acerca de un descubrimiento de dos posibles moais… en Chiloé.

El artículo del diario contiene tres imágenes de las misteriosas esculturas y las opiniones de algunas personas, relacionadas o no con el mundo científico. Como suele ocurrir en estos casos de hallazgos que ponen en jaque la historiografía oficial, la versión de los arqueólogos no solo es escéptica, sino que da prácticamente por sentado, sin tener elementos suficientes aun, que se trataría de algo moderno, que incluso no ha de poseer más de 10 años de facción. Como argumento de una posible hechura moderna se indica que no hay antecedentes semejantes a dicha escultura en la zona austral.

(Megalito chilote)

Disiento de las afirmaciones de los arqueólogos entrevistados.

En primer lugar, sí parece tratarse de expresiones de arte antiguo; y en muy juicio no vinculadas directamente con los moais pascuenses.

En segundo lugar, sí podría haber otras demostraciones de esculturas antiguas semejantes en el sur chileno. Un ejemplo es para mí el namuncura de Río Bueno, encontrado por el investigador Oscar Fonck e incluido en su libro “Construyamos arcas” (Editorial Orbe, Santiago, 1965). Si se analizan ambas esculturas hay muchas similitudes. Se trata desde ya de presencias de una cultura desconocida, que no parece ser mapuche, huilliche u otra de la que haya registros (en el caso del namuncura de Río Bueno además la parte posterior de la escultura contendría inscripciones rarísimas). Son objetos pétreos. Son esculturas que representan solo un rostro y no el cuerpo entero. El trazado de la boca, la nariz y los ojos son idénticos. Son elementos líticos de un tamaño alrededor del metro de altura.


(Arriba el namuncura de Río Bueno. Dibujo de Oscar Fonck Sieveking)


(Comparar ambos megalitos, especialmente la acentuación de los labios y la nariz)

Además, y suponiendo que éste fuera el primer caso de un hallazgo semejante, no debería deducirse que sea falso; sino que por el contrario, exigiría un estudio más acabado al respecto.

Las interrogantes son muchas. Desde ya, ¿quiénes fueron sus constructores? Y, ¿qué representaban estos megalitos?

SIGUE EN:
http://geografiasacra.blogspot.com/2010/12/misterioso-descubrimiento-en-chiloe.html

jueves, diciembre 09, 2010

LAS HIPOTESIS DE HECTOR MOREL EN TORNO A FULCANELLI (Sergio Fritz Roa)



(Portada de la primera edición en español de "Las moradas filosofales")



Héctor Morel es un traductor argentino, y gran amante del esoterismo. Ignoro si aún vive. Dirigió (¿dirige?) el Anuario de la Editorial Kier. En el correspondiente al año 1977 publicó un interesante artículo llamado "El caso Fulcanelli. Las incógnitas de un nombre", donde analiza el significado del nombre Fulcanelli, y sobre quién era aquel que se ocultó bajo este bello pseudónimo.


Según el autor las hipótesis que se han dado sobre el verdadero Fulcanelli girarían en torno a los siguientes personajes:


1.-Pierre Dujols;

2.-Jaubert, personaje por determinar;

3.-Un hermano de Dujols;

4.-Un desconocido;

5.-El escritor J.H.Rosny (aclaremos que este pseudónimo comprende a dos personas):;

6.-E. Canseliet;

7.-Auriger, un hermetista;

8.-J.J.Champagne;

9.-Sauvage;

10.-Un pseudónimo colectivo;

11.-R. Steiner;

12.-Max Roset; y

13.- Un tal Faugeron



En el parecer de Morel ninguna de estas hipótesis tiene bases serias, salvo las implícitas en los números 4 y 10.


Nosotros pensamos que lo más posible es que se trate de un nombre colectivo (cuestión muy usual, por lo demás, en la Antigüedad y en los seguidores de la gnosis hermética); pero que, obviamente, era dirigido por un Maestro, quien habría impreso "personalidad" a los escritos del pseudónimo "Fulcanelli". Esto lo decimos, porque es evidente que quien escribió finalmente "Las moradas filosofales" como "El misterio de las catedrales" son la misma persona; lo cual se aprecia en el exquisito estilo del lenguaje. ¿Acaso el nombre Fulcanelli no era un hierónimo? Es decir, un nombre relacionado con una determinada función esotérica. Este es nuestro criterio. Nos apoyamos en lo estudiado por Jean Reyor (que cosa curiosa, es criticado por Canseliet, el discípulo de Fulcanelli, en el prólogo a la tercera edición de "El misterio de las catedrales") y por Jean Robin; los cuales, me parece, han tomado la idea de René Guénon. Así, Reyor dice que el nombre Malaquías no era el de un individuo, sino el de una función espiritual. Robin expresa que "en la historia del esoterismo cristiano, y principalmente en el Hermetismo, existen muchos otros nombres que no son nombres individuales y tampoco "seudónimos literarios": Basile Valentín (<>), el Filaleteo (el Amigo de la Verdad), el Cosmopolita, etc." (citado en Robin, Jean, "Operación Orth". Ediciones Heptada. Madrid . 1990. Nota al pie de la página 179).


(Blasón incluido al final de la edición francesa de "El misterio de las catedrales". El lema sería un compuesto del apellido Champagne)


Pero esta tarea de saber quién era en verdad Fulcanelli, nos parece a la larga un tanto ociosa. El hecho es que nos ha legado dos maravillosos libros y esto es lo importante.


Sin embargo, los aportes de Morel van por otro camino, y esta es sin duda la razón del presente trabajo.


Luego de plantear las posibilidades que Fulcanelli sea uno de los personajes arriba aludidos, analiza etimológicamente, y no sólo etimológicamente, la palabra elegida por el autor de "El misterio de las catedrales".


Veamos. La palabra deriva de "Fulciu, fulcis, fultum". Esta palabra significaría en el latín de Cicerón algo como "apoyo". Y a esta palabra se sumaría "anellus, anelli"; o sea, anillo, círculo.

Así obtenemos Fulc (iu) anelli, que significa "anillos que se sostienen" o " que se apoyan entre sí". ¿Y qué idea da esta frase? Morel dice que la de una cadena... Lo que para nosotros no es más que Tradición, en el sentido otorgado por René Guénon. Y esto sí que es coherente y más importante que saber la persona que ocupó el pseudónimo analizado. Pues aquí ya entramos en un terreno profundamente espiritual y no personalista. Cadena o Tradición... Cabe hacer notar algo importante: Fulcanelli continuamente nos recuerda que debemos leer a los clásicos. Es obvio: la Alquimia ante todo es una cadena -discípulo y Maestro- que nace desde los primeros tiempos y que se prolonga hasta hoy día.



Descomponiendo la palabra, Morel descubre ciertas posibilidades que no debemos dejar de lado.

Por ejemplo,

FULCANELLI

LECUFIN AL



Lo que da L¨ECU FINAL, es decir el escudo final. Morel dice "el Escudo Final, según la clara referencia al escudo que aparece al terminar la obra, en su original francés, donde se lee el lema UBER CAMPA AGNA ya citado". Morel se refiere al escudo que se halla en las últimas páginas de la edición original francesa de "El misterio de las catedrales".


Las ideas expuestas por Morel nos parecen bastante serias y dignas de ser consideradas.

Es claro que quien se escondía en el pseudónimo Fulcanelli, había elegido ese nombre por alguna razón muy específica. Esto ya sea si él se dio ese nombre, o, caso más posible, que una determinada sociedad -¿Los Hermanos de Heliópolis?- se lo haya otorgado.

El lector atento sabrá a qué nos estamos refiriendo. Esta Ciencia es real, muy seria y precisa. En ella nada "anda flotando". Es sumamente lógica, y, por tanto, perfecta. Nada es casual, y todo guarda relación.


Es obvio: el nombre Fulcanelli no podía ser antojadizo. Alguna función integra dentro de la Obra.


Tal vez con estos datos, más la lectura atenta de las dos obras del Gran Adepto, el estudioso pueda internarse en la solución del enigma Fulcanelli, misterio, que, como hemos dicho, sólo interesa desde un aspecto esotérico y no detectivesco (es decir determinar quien era la persona que se ocultó bajo ese nombre; ya sea Champagne, Canseliet u otro), afán este último muy moderno, y contrario a la idea tradicional de respetar el secreto... Nosotros sólo aportamos claves o direcciones para que el interesado serio pueda entender un poco más sobre ALQUIMIA, sin por cierto eludir la regla anterior. Pues la tarea del escritor es insinuar, no desvelar. Quien en definitiva debe descubrir el velo es el lector.

SERGIO FRITZ.

(27 de abril de 2001)

P.D de Julio de 2008: Desde 2001 hemos leído muchos trabajos sobre la identidad de Fulcanelli, algunos que aportan valiosa informacion y otros que en verdad confunden más que ayudar. Debido a algunas investigaciones relacionadas con la posible presencia de Fulcanelli (o al menos el guía del grupo que hoy conocemos como Fulcanelli) en Sudámerica, pronto volveremos sobre el asunto.

jueves, septiembre 23, 2010

CHARLA SOBRE ROSACRUCES Y JESUITAS Y SU BÚSQUEDA DE LOS CENTROS ESPIRITUALES OCULTOS EN AMÉRICA DEL SUR


(Primera lámina del "Typus Mundi", un texto con grabados realizado por jesuitas, de claro contenido alquímico. Este dibujo es excepcional y no ha sido incluido en las últimas ediciones del T.M. Vemos a san Ignacio de Loyola, fundador de la orden jesuítica de pie sobre América. También es interesante la orientación del mundo, que no es la habitual, pues América del Sur figura hacia arriba).

El día domingo 26 de Septiembre de 2010 a las 11:30 en la sala F.Heinlein del Centro Cultural Montecarmelo, en Providencia, Santiago daré una charla sobre la búsqueda de los centros espirituales ocultos, especialmente de la Ciudad de los Césares, por rosacruces y jesuitas.

Hablaré del imaginario rosacruz y especialmente jesuitico que se construyó en base a América del Sur como las tierras del Preste Juan, o Rey del Mundo.

Daré información novedosa sobre la presencia en nuestro continente de estas dos agrupaciones, haciendo hincapié en su residencia y viajes en Chile y Argentina, considerando su conocimiento esotérico.

Están todos invitados. La conferencia es gratis.

sábado, septiembre 04, 2010

El Icono y la Tradición Espiritual Cristiano-Oriental (Homero Basilio Reyes)

Un bello artículo acerca del Icono.
Lo recomiendo.

Sergio Fritz.

El Icono y la Tradición Espiritual Cristiano-Oriental


“Para los ojos humanos esta belleza es inaccesible, solamente el conocimiento y el alma pueden alcanzarla. Cuando esta belleza iluminaba a los Santos, entonces, dejaba en el alma de ellos una insaciable sed. Aquéllos, a los cuales el amor de Dios tocó y colmó, no pudieron contener su ímpetu amoroso. Llenos de deseo de contemplación de la belleza de Dios, ellos rogaban que su contemplación divina se prolongara por toda la eternidad.”(1)

San Basilio el Grande

Antes de hablar del “icono” en sí, debemos centrar primero nuestra mirada hacia aquella mentalidad creadora que dio origen a las obras de arte que son objeto de nuestro ensayo. Lo hacemos así, no solo para dar una “orientación” sino también, porque el icono no fue hecho para el simple goce estético sino para que sea un instrumento de espiritualidad y piedad al servicio todos los fieles.

Debemos situarnos en el llamado “cristianismo oriental” que incluye a la Iglesia Ortodoxa, en primer lugar y Católica de rito oriental, en segundo lugar. Dicho cristianismo de oriente está fuertemente enraizado en la enseñanza de Cristo y sus apóstoles, continuada y desarrollada por los Padres de la Iglesia, conjunto con los siete concilios ecuménicos (2). Tampoco debemos olvidar la vida de la Iglesia, su teología y sus fiestas; la historia religiosa de las iglesias de oriente, es en gran parte la historia de monjes, de ascetas, eremitas y santos, que por el amor de Dios dejaron todo, en aras de la contemplación plena y la paz interior.

Muchas de estas historias llegan hasta nosotros contándonos las vidas de aquellos héroes de la santidad que inspiran a todos los fieles cristianos. La gran riqueza espiritual y contemplativa que encontramos en dicho contexto se puede de alguna forma rastrear hasta en la literatura moderna; por ejemplo, no es casualidad notar que el protagonista del libro “Relatos de un peregrino ruso” llevara en sus viajes la Biblia y la Filocalía (3), o en el libro (de Vladimir Soloviev) “Breve relatos del anticristo”, el personaje que encarna al representante de la Iglesia Ortodoxa se llame Juan, el mismo nombre del evangelista que resalta por su contenido espiritual y celestial.

La teología cristiano-oriental se caracteriza por resaltar la plenitud de las personas divinas (de la trinidad), sus diferencias, su unidad en el amor, además de estar fuertemente vinculada (la teología) a la practica religiosa o sea a la relación directa con Dios, por eso un sabio del mundo ortodoxo, Evagrio Póntico, pudo decir: “Si eres teólogo, rezas de verdad, y si rezas de verdad, eres teólogo”(4) . No hay una dualidad entre los tratados teológicos , la mística y la ascética sino armonía, pues según esta concepción “la mística no debilita la racionalidad, sino que la salva y le da horizontes sin fin.” (5). Esto se prueba cuando se analizan los métodos de oración y demás ejercicios espirituales como por ejemplo la famosa “oración de Jesús” (también llamada “oración del corazón”) que consiste en la simple repetición constante de la frase “Señor Jesucristo, ten piedad de mi pecador”. (6)

La tradición Ortodoxa habla de hacer bajar el intelecto al corazón para que exista una unidad entre el conocer y el querer, y de esta forma mantener el “recuerdo de Dios” apartándonos de las pasiones que nos distraen de lo espiritual; en palabras de Teofano el recluso: “Por este medio, el recuerdo de Dios se establecerá en el intelecto y la presencia de Dios brillará en vuestra alma como el sol” (7)

A riesgo de ser repetitivos, nos parece ilustrativo contar una historia del libro ya mencionado, “Relatos de un peregrino ruso”, allí se cuenta una anécdota del peregrino que se encuentra con un leñador que estaba recluido en los bosques y que después de varias mortificaciones corporales y oraciones para purgar sus pecados y salvarse del infierno, empezó a dudar de las verdades de Fe, al oír esto, el peregrino le contesto al leñador: “…la abstención de los pecados por miedo a los tormentos del infierno no es valida ni fructífera y que es imposible librar el alma de los pecados por otro medio que no sea cuidar la pureza de la mente y del corazón, cosa que se logra por medio de la oración interior” (8) y más adelante explica que es inútil mortificar el cuerpo esperando una recompensa por lo que lo que le aconseja a este leñador lo mas importante: “Por más que mortifiques tu carne y hagas trabajos físicos y sacrificios, si no tienes a Dios siempre en tu mente y la oración ininterrumpida de Jesús en tu corazón, jamás te librarás de los malos pensamientos y siempre estarás dispuesto a caer en pecado por el motivos más insignificante.” (9)

Se puede decir que en el clima cristiano de oriente hay un equilibrio entre la espiritualidad individualista y el institucionalismo estéril ya que la vida se hace en la Iglesia, unida a sus clérigos y dogmas y la búsqueda de la santidad implica una verdadera conversión o sea un cambio de mente (lo que en griego seria “metanoia”) y no un formalismo de tipo social o moralista. De aquí se desprende un tema al que hicimos una pequeña alusión que es el de los ascetas y santos, por eso la figura del Staretz, que es el nombre dado a ciertos ermitaños o peregrinos que alcanzan fama y respeto por la santidad de su vida y son acogidos como guías espirituales.

De ellos hay muchísimos ejemplos como el de San Antonio, que en su juventud se entregó a la soledad para tener un contacto más pleno con Dios. Así Antonio pasó a la historia como una de las figuras más importante del monacato de oriente. Otro menos conocido pero no menos interesante es el de Jorge de Transilvania o el “Viejo Jorge”, venerado en Rumania y en el monte Athos. Lo más notable es que fue un peregrino (que hasta llegó a Jerusalén) de vida santa en el siglo XIX y que hoy en día el pueblo lo venera como un santo. Decimos que es notable porque generalmente solemos retrotraer esta clase de santos a tiempos más lejanos y porque vemos que clase de valores tiene aquel pueblo al venerar a un hombre de semejantes características.

Por motivos obvios, no podemos extendernos sobre este tema ya que solo queremos remarcar la importancia de la ascesis y la mística.

En lo que respecta a la teología no daremos una explicación “dogmática” ya que no hace al tema, sin embargo resaltaremos una característica importante del oriente que lo diferencia de occidente, el énfasis que cada uno hace sobre aspectos de un mismo hecho religioso que es la vida Cristo; los occidentales suelen hacer hincapié en la cruz, la pasión y el dolor, en su parte más dramática, en cambio los otros se inclinan más por la encarnación, la unión divino-humana, la iluminación y la transfiguración. En pocas palabras, occidente enfatiza la parte humana de Jesucristo, mientras que oriente, la divina.

En este contexto espiritual es donde surge el icono en su estilo y no por una arbitrariedad del gusto o producto de una fase de la “evolución”, como sostienen buena parte de los historiadores del arte que en su mente parecen analizar todo bajo la visión de la Grecia post-aristotélica y del renacimiento, en donde el “realismo” y los criterios más subjetivos de belleza eran los que contaba para la expresión artística.

Nosotros no hablamos de “evolución” (ya que es un término bastante ambiguo y suele evocar conciente o inconscientemente teorías o ideologías filosóficas) sino de perfeccionamiento material. Como tampoco hablamos de subjetivismo estético sino de genio étnico (nada tiene que ver con el genio que del cual occidente se enorgullece, que es anárquico). Don de lo alto sin duda, que favorece a volcar hábilmente lo que se quiere expresar.

Todo esto no es un capricho nuestro porque, como veremos más abajo, hay reglas canónicas que debe seguir el artista y a su vez estas, obviamente, derivan de la tradición espiritual correspondiente. Muchos objetarían que en este tipo de formas artísticas o litúrgicas pueden verse caracteres étnicos y temporales ( que es cierto), por lo que se legitimaría el derecho de ser “hijos de nuestro tiempo” como pretenden los modernistas, o que los “dioses están pintados a imagen y semejanza de los hombres que los fabrican” como dicen los ateos y agnósticos para justificar sus posturas. A esto respondemos que el hombre, si bien tiene su parte espiritual, se encuentra en esta vida en el mundo material y temporal, por lo que es imposible que estos elementos no estén presentes de una u otra forma. Preguntamos a quienes piensen de esa manera si en verdad aquellos hombres que dieron a luz estas formas de arte sagrado y litúrgico tuvieron la intención de “ser de su tiempo”, o si estuvieron sujetos a una moda (tal como lo entendemos hoy en día). Responderemos entonces, como cualquier historiador bien sabe, que estudiar un hecho sin tener en cuenta la mentalidad de la época y peor aún, estudiarlo según la mentalidad del tiempo de uno, representa un obstáculo de tipo socio-cultural para conocer nuestro objeto de investigación.

De aquí se sigue que no pretendemos idealizar románticamente ningún pasado, sino ver los principios bajo los que actuaron aquellos hombres y precisamente estos “principios” son a los que se los puede tildar de eternos e inmutables, por lo menos a medida que los profundizamos.

La teología oriental dedicó un gran espacio a la espiritualidad de los iconos dando una significación al valor del culto de las imágenes, sin embargo ¿Cómo explicar el uso de imágenes cuando en la Biblia encontramos un supuesto rechazo a las mismas? Un pasaje revelador nos dice que los israelitas oían a Dios pero no lo veían en ninguna figura (ver Deuteronomio 4,12 y 15), por eso podemos afirmar que el icono (que viene del griego eikón, imagen) nació con Cristo, que “es la imagen de Dios invisible” (Colosenses 1,15) por lo tanto el Verbo divino cuando se hizo carne, o sea imagen, es representable. San Juan Damaceno, encarnizado enemigo del iconoclasmo dijo: “Cuando veas a aquel que no tiene cuerpo se hace hombre por ti, entonces podrás hacer una representación de su figura humana”. (10)

Es también totalmente licito representar a los santos, ya que Cristo renovó la naturaleza caída del hombre (por el pecado de Adán), dándole su lugar primordial que es el de imagen y semejanza de Dios.

Los iconos entonces no son simples representaciones o cuadros religiosos que solo se diferencian de cualquier otro retrato por el tema, sino que tienen un valor inmediato de mensaje espiritual. El icono nos invita y nos predispone a la contemplación para que podamos ver con los ojos de nuestro interior su mensaje espiritual, ya que la imagen en “si”, por su naturaleza profunda, permite ir mas allá de los que vemos con nuestra vista, y cuando decimos que “esta obra es bella” (en este contexto) queremos decir que es un soporte adecuado para ver mas allá de los visible y que nos recuerda y actualiza lo que estaba latente en nuestro espíritu.

En otras palabras, la imagen nos pone en contacto con Dios, con las realidades espirituales, cumpliendo la función de una “ventana” que nos lleva hacia mas allá de nuestros limites, hacia lo infinito celestial. Vemos el amor de Dios y sus dones.En palabras del papa San Gregorio Magno: “Una cosa es adorar una imagen; otra es aprender, gracias a la ayuda del símbolo, lo que tenemos que adorar”(11) de esta forma se ilustra que la imagen es un “soporte” sensible, un medio para llegar al fin.

Los occidentales por lo general cuando piensan en el arte cristiano se remiten a la mera función didáctica del mismo, por eso se ha dicho frecuentemente que las imágenes son “la Biblia de los pobres”, destinadas a los analfabetos o los menos educados. Sin embargo esto no puede ser del todo verdad cuando nos referimos a los iconos (y a cualquier otro arte tradicional) ya que los conceptos teológicos abstractos que representan y su canon en la técnica nos hacen ver la diferencia que existe con occidente posterior al renacimiento, en donde predomina el naturalismo y el estilo libre.

En cambio, el arte sacro oriental no pretende innovar, ya que siempre se basa en la fidelidad al “modelo”.

La cuestión del canon que hemos mencionado la podemos ver por ejemplo, en el VIII concilio ecuménico, que dice respecto la doctrina del icono que “no ha sido, en modo alguno, inventada por los pintores, sino que por el contrario, es una tradición confirmada y tradición de la Iglesia”. (12)

Tambien en la historia encontramos ejemplos sobre la cuestión del canon en la representación iconográfica, como en el caso del patriarca Joaquín, que exigió en su testamento que los iconos que se pintasen siempre según los modelos antiguos en contraposición a los modelos latinos o alemanes.

Otro punto es el papel del artista, el cual debía pasar por una preparación espiritual y ascética. Éste realizaba su trabajo bajo las indicaciones de un religioso siguiendo la idea de que el que hace la obra debe tratar de desinflar el ego para poder representar la idea tal como es y no según el capricho de las pasiones. Así el artista deberá hacer uso de su “arte” para ser los más exacto posible.

Un dato no poco importante sobre el artista, es su carácter anónimo en la mayoría de las ocasiones, cosa que contrasta con el exhibicionismo de los artistas modernos.

El pintor respeta el simbolismo vinculado con algunos colores, por ejemplo el rojo y el púrpura son símbolo de lo divino, mientras que el verde y el azul lo son de lo terrestre. Por eso Cristo es representado casi siempre con una túnica púrpura y se la suele mezclar con otra azul para mostrar su filiación divino-humana. En cambio la Madre de Dios, tiene un vestido azul de creatura, mientras que el manto de púrpura recuerda su relación y proximidad con lo divino.

También podemos ver, como ejemplo, que la morfología de los cuerpos representados no suele ser “realista” como las pinturas del renacimiento, ya que no se pretende tal cosa como ya hemos señalado. Asimismo las cabezas de las figuras pueden ser mas grandes en relación al cuerpo al igual que sus ojos, indicando la primacía de lo intelectual y de lo contemplativo, como también la tez de los rostros puede ser algo oscura o morena indicando un estado de transfiguración.

Finalizamos diciendo entonces que nada es arbitrario en los iconos, y el poder profundizar sobre los mismos es una buena oportunidad para entrar en el conocimiento simbólico.

Homero Basilio Reyes

NOTAS:

1. San Basilio el Grande, El Tesoro Espiritual, dir: P. Luís Glinca, Buenos Aires, Lumen, 1993, pag 10

2. Debemos recordar que la Iglesia Ortodoxa y Católica comparten los siete primeros concilios ecuménicos y tuvieron comunión entre sí hasta la separación que se produjo en el año 1054. Debemos también aclarar que también existen concilios locales.

3. La Filocalia es una recopilación de los textos más representativos de la tradición hesicasta, realizada en el siglo XVII por San Nicodemo el Hagiorita y el metropolitano Marcio de Corinto. Dicho conjunto de escritos son un “clásico” dentro del mundo ortodoxo, en lo que se refiere a ascética y espiritualidad.

4. Cita de: Dumitru Staniloaë, Oración de Jesús y Experiencia del Espíritu Santo, Madrid, Nancea, pag 100

5. Op cit pag 18

6. Entendemos por oración a la elevación de la mente a Dios; tanto esta oración como cualquier otra puede hacerse mentalmente, sin utilizar la voz; otro dato interesante sobre la técnica, es que también puede acompañarse con ejercicios de respiración. La “oración del corazón” tiene gran importancia en el mundo Ortodoxo porque posee el nombre de Cristo. Por otro lado, nos parece sorprendente que al leer literatura espiritual Ortodoxa, notemos que de una corta frase, se pueda sacar mucho; sin embargo esto no es raro en la mentalidad Oriental, sea cristiana o no.

7. Arte de la Oración, Compilación efectuada por: el Higúmero Chariton de Valamo, Buenos Aires, Lumen, 2005, pag 99

8. Relatos de un Peregrino Ruso a su padre espiritual (anónimo), Buenos Aires, Editorial Troquel,1997. pag 64 a 66

9. Op cit pag 66

10. Citado de :Sor María Donadeo, El Icono Imagen de lo invisible, Madrid, Nancea, pag 16

11. P.L. Glinca, La Madre Dios en los Iconos Bizantino-Eslavos, Buenos Aires, Lumen, 1991, pag 11

12. Citado de : Frithjof Schuon, Castas y Razas seguido de Criterios del Arte Universal, Barcelona, José J. de Olañeta, pag 59.


FUENTE: http://tostadora.blog.com/tag/el-icono-y-la-tradicion-espiritual-cristiano-oriental/


lunes, agosto 23, 2010

ENTREVISTA A SERGIO FRITZ EN MEDIAPINTA.CL

Escrito por Hackenberg para www.mediapinta.cl
Domingo, 22 de Agosto de 2010 17:06





Hay ciertos ámbitos del campo del conocimiento que, en el mejor de los casos, se nos olvidan, y que en el peor simplemente no tenemos noticia de ellos. Sergio Fritz Roa acumula, investiga y divulga una amplia gama de este tipo de material. Uno que se nos queda en el tintero, ya sea por calificarlo idiotamente de anacrónico, o por sencilla, pero no por eso menos culpable, ignorancia.

Le conocí de adolescente, buscando mayor información sobre Howard Phillips Lovecraft. Hace un año, quizás, encontré varios de sus sitios web, todos sobre temas en los cuales mi ignorancia es aterradora, pero me tranquilicé pensando que, en general, nadie domina ni de lejos un ápice de geografía sacra, sufismo, alquimia o hermetismo. El verano pasado le reconocí en una feria del libro. En su stand reconocí una obra de Hugo Correa, muy cara en ese momento. Me lo vuelvo a topar en www.lun.cl, respecto a la adaptación cinematográfica de «En las Montañas de la Locura». 

Mediapinta ahora le contacta para que diluya el velo. Fritz se mueve por territorios extraños, dentro de los cuales es un investigador exhaustivo. Ha sido invitado a congresos en Argentina; su novela «El Jardín de Trincheras» fue publicada en Italia, además de diversos artículos en el mismo país. Mantiene hace muchos años en la red la revista “Bajo los hielos”, y nunca ha dejado de moverse ni de meter las narices en temas que parecen extraños y lejanos pero que, a la luz de sus respuestas, se muestran como fundantes de todo un orden que implica el mundo en que vivimos. En los años en que lo conocí, Fritz regentaba la Liga Lovecraftiana Chilena. Ignoro si aún se mantendrá un club de esas características. Creo que hasta sería necesario un grupo anónimo que realizara rituales a la luz de la luna, en la ribera del río Mapocho, invocando a Yog-Sothoth. Pero las tendencias, ya se sabe, van por otros lados: vampiritos que no chupan cuellos, sino vergas. Entre otros adefesios. 

¿Cómo llegas a la literatura fantástica? ¿Cuáles fueron tus primeras lecturas en ese ámbito? 

Hasta los quince años no leía casi nada de literatura. Sí leía, pero otro tipo de temáticas, especialmente religiones comparadas y mitología. Fue a través de un monográfico sobre el temible "Necronomicon", que editó en los años ‘80 la revista española “Mundo Desconocido”, cuando supe de Lovecraft, quien me acercaría definitivamente a la literatura general y especialmente fantástica. De inmediato vi en Lovecraft algo más que mero divertimento. Por primera vez supe que los relatos y novelas podían contener mucho más que simple invención. Y así, por ejemplo, pude percibir que los mitos y símbolos que hallamos en el mundo antiguo persisten de alguna manera sutil en la literatura, especialmente en la ficción fantástica. Al leer a Lovecraft -verdadera revelación- me interesé por el llamado “Círculo”, es decir sus amigos escritores, donde hallamos a algunos verdaderamente notables, como Clark Ashton Smith -autor de relatos exóticos y de horror puro-, Robert E. Howard -el creador de Conan, entre otros personajes no menos interesantes-, Henry Kuttner y Robert Bloch, amantes tanto de la ciencia ficción como del horror. También supe de los maestros y antecesores de H.P. Lovecraft. Ya había leído algún relato suelto de Poe, pero sólo ahora podía internarme con mayor afán en su mundo cargado de psiquismo, conflictos internos y presencias sutiles. También conocí a Arthur Machen, uno de mis favoritos, cultor de lo numinoso, que es precisamente la sustancia de los mejores relatos de Lovecraft; Lord Dunsany, con su onirismo extraterreno; William Hope Hodgson, con sus miedos marinos, y así otros muchos. También me interesan los argentinos Borges, Lugones y Marechal, quienes también deben considerarse autores fantásticos. En Chile, aún cuando es literatura más bien esotérica, rescato a Miguel Serrano, quien logra en libros como "Elella", "Nos: el libro de la resurrección", y "Quien Llama en los Hielos" un ambiente similar a lo mejor de la fantasía literaria. También me interesan Hugo Correa, Sergio Meier, Boris Calderón, Héctor Barreto, y otros menos conocidos.

Profesas una preferencia por Lovecraft, has incentivado de distintas maneras su lectura, ¿qué te provoca su obra, su figura como persona, sus tópicos de escritura? 

Me interesa Lovecraft por muchas razones. La primera, por ser un testigo cualificado de lo que vio. Fue una persona que vivió un periodo difícil de la historia de su país. Un momento decisivo, en que la inmigración a los Estados Unidos se hace masiva, en que las guerras mundiales azotan los pueblos, en que la ciudad se transforma en desmedro de los pueblos serenos de antaño; surge el verso libre, el cine. Lovecraft fue un testigo de todo esto, y aunque le causaba horror lo que veía, era muy sincero en decirlo. Su crítica a la modernidad es única. A diferencia de Oswald Spengler, u otros teóricos de la decadencia, Lovecraft ataca a lo moderno desde un punto de vista estético, pero total. El mundo moderno es abominable porque es… feo. Es decir su música, su arquitectura, su literatura, su organización social, etcétera, carecen de armonía; sólo persiguen el mero utilitarismo. Una segunda razón radica en su capacidad de crear mundos. En ello sólo Tolkien es comparable. Una tercera es el hecho de que une el pasado y el futuro. La magia y la ciencia. Es “retrofuturista”, o “arqueofuturista”. En ello es innovador. Qué mejor prueba de ello es el relato “Los sueños en la casa de la Bruja”, donde se mezcla magia con dimensiones no euclidianas; conjuros y matemáticas. Pero, tanto o más importante que las anteriores, es su uso de símbolos en la literatura. Aunque Lovecraft era inconsciente de ello, él estaba reviviendo miedos antiguos, utilizando símbolos poderosísimos que están en todas las tradiciones espirituales (el viaje iniciático, la caverna, el laberinto, las ciudades sacras), elaborando así un neo-gnosticismo. 

La poesía romántica anhela un pasado que mistifica a niveles sublimes, como lo que hace regularmente Hölderlin. ¿Cuánto han influido tales lecturas en el camino investigativo que has tomado? 

De alguna manera, mientras no encontramos nuestra esencia, somos un proyecto. En mi caso, con el avanzar del tiempo me doy cuenta de que hay mucho de espíritu romántico en mí. La lucha entre el Ideal y lo cotidiano me marca. Pero evito que ello sea mera huída. Sé que estamos aquí por algo. Algo más que el simple hacer. Estamos para el ser. Y ello implica una guerra sin cuartel con la ignorancia que vivimos. El error de los románticos es que sólo ven una parte de la realidad. 

La Metafísica —como concepto de cátedra y de la historia de la filosofía— surge como invento de Andrónico de Rodas, bibliotecario de Alejandría, quien, no teniendo título para una serie de manuscritos de Aristóteles, les bautizó “Metafísica”, por que iban luego de los libros de la Física. ¿A qué te refieres tú con ese concepto? 

La metafísica de la cual hablo es la que han definido personas como René Guénon y Frithjof Schuon, estudiosos de la llamada “escuela tradicional”. Es decir, de aquel conocimiento intuitivo que se refiere a la diferenciación entre Ser y No-Ser. Su principal manifestación es la doctrina de la Unidad, respecto a la cual he escrito un artículo que puede servir de introducción, a pesar de que se refiera al Zoroastrismo, una de las religiones más antiguas que aún perduran. Hay un conocimiento relativo al orden cósmico (cosmología), otro al hombre (antropología), y uno a la Realidad Suprema (metafísica). 

América secreta y Santiago oculto. 

Sergio Fritz recuerda a algún atormentado investigador de las historias de Lovecraft. Uno de aquellos ratones de biblioteca que resisten al horror sólo para poder contarlo, y que han sido llevados hasta ese trance por su obsesiva curiosidad. Fritz ha estudiado la geografía de un modo distinto; fue tras la Ciudad de los Césares, conoce una faceta secreta de Santiago, ha comprendido al Islam desde otro ángulo, y siempre sale con algo entre manos. O por lo menos con algo que explicar: 

Si uno ve el mundo como algo sagrado -tal como debiéramos verlo, no desde una visión materialista-, entendemos que hay lugares que poseen una función espiritual precisa, que los ubican en un rol preferencial respecto a otras zonas. Por ejemplo Roma, para los cristianos, o Mekka, para los musulmanes, o el Ganges, para los hinduistas. Cada comunidad tiene sus centros. Y así como los hay primarios, otros son secundarios, de menor importancia. Muchos de los centros espirituales fundamentales se han ido haciendo más esquivos. Por ejemplo, Aghartta. O en Sudamérica, la mítica Ciudad de los Césares. Ello obedece al oscurantismo del plano espiritual en que vivimos. Por algo sólo los puros -un Parsifal, por ejemplo- pueden acceder a ellos. La geografía sacra estudia dichas temáticas para reconducir al hombre a su comunión con el paisaje. 

Causó cierta efervescencia tu descubrimiento de los mapas líticos en donde se representa América. Explícanos qué son estos mapas, cómo se han conservado, y sobre todo quiénes los habrían construido. 

Cuando uno empieza cierta búsqueda, las cosas también se nos acercan. Es decir, se genera una especie de atracción recíproca. Así me ocurrió con dichos objetos líticos. Voy a ser muy franco acerca de esto. No quiero que se genere una idea errada. Lo primero: no puedo asegurar que se trate de mapas líticos. Siempre he hablado de “posibles mapas líticos”, acentuando lo de posibles. Ciertamente sería una coincidencia única que todos hayan sido hallados en el mismo lugar (en un fundo cercano al monte Mocoén, al norte de la ciudad de Los Andes). Pero tampoco puedo afirmar que son creaciones humanas. De ser esto último, habría que revisar varios dogmas de la arqueología e historiografía americana. Los antiguos pueblos andinos no serían tan simples como ambas ciencias los suponen. Pues, ¿cómo podrían haber obtenido el conocimiento para trazar mapas de un continente? Pero más allá del debate acerca de si son o no elaboraciones humanas, el hecho es que están allí, mostrando los contornos de América. De todas formas, no es la primera vez que se encontrarían, aunque con ciertas características diferentes. De ser realmente confecciones humanas los dibujos de las piedras de Ica del doctor Cabrera y el mapa pétreo de mi compatriota Videla, habría otros casos de interés. Posiblemente más importante que estos posibles mapas líticos sea mi descubrimiento de megalitos en El Quisco. Esto no admite duda y ayuda a replantear la historia de los pueblos costeros. Además permite barajar la posibilidad de presencia inka, pascuense u otra, en la costa chilena central.

Afirmas con seguridad que un sitio mítico, como la Ciudad de los Césares, en efecto existe. ¿Tu postura responde a una seguridad empírica o a una deducción intelectual? 

Sí, en esto soy categórico. No me cabe la menor duda al respecto. Hay suficientes relatos que aseveran lo anterior. Además no creo que jesuitas como el Padre Mascardi, quien era un gran estudioso, políglota y excelente explorador, se hayan dejado embaucar por meras fantasías. Tampoco el arqueólogo Francisco Fonck, quien, dentro de los más conocidos, sería uno de los últimos buscadores. Él dio una clave al decir que la búsqueda del Grial en Europa tenía su correlato sudamericano en la Ciudad de los Césares. Y yo agregaría algo: El destino de América tiene que ver con esto. Los mitos son realidades concretas, en el sentido dado por los que lo viven, como lo entendió uno de los pilares de las religiones comparadas, el rumano Mircea Eliade. Realidades que hacen participar a los hombres de un estadio superior, por cuanto lo conectan con una fuerza no humana. Yo también he buscado la Ciudad. Y he sentido la presencia de sus seres. Para mí esto es suficiente. Algo de ello está en mi novela "El jardín de trincheras". 

Como muy bien mencionas en varios artículos, siempre ha existido la conciencia de ciertos lugares ocultos, dotados de un sentido transcendental, o contenedor de ese sentido. Histórica o legendariamente, ¿de dónde viene tal certeza, tan comúnmente aceptada pero rechazada de plano, cuando se la intenta sacar a flote? 

Efectivamente, esto no es nuevo y es común a las sociedades tradicionales -tradicional en un sentido guenoniano. Es un mito. Pero reitero que mito en tanto idea-fuerza que nos comunica con un aspecto de lo Trascendente, no como mito-mentira. Al ser mito, es algo que está más allá del tiempo. Estos lugares normalmente están en cuevas o en cerros inaccesibles. Ello es una forma de protección. Quien tiene el corazón puro, no obstante, siempre podrá penetrarlos. 

Desde que leí la novela de Lovecraft "En las montañas de la locura", hace ya varios años, cada vez que sé de alguna noticia relacionada con la Antártica me dan escalofríos. Me da la impresión de que hay ciertos lugares que no deberían ser hollados por pie humano, so pena de descubrir cuestiones que no por nada se han mantenido ocultas. Esto imprime una función corruptora a la humanidad, en el concierto universal. ¿Qué piensas al respecto? 

Lovecraft tuvo intuiciones impresionantes. A través de los sueños viajaba a lugares a los que nunca fue en el plano físico. Su descripción de la Antártica es tan vívida que un explorador no podría haberlo hecho mejor. ¿Cómo pudo intuir la presencia de algo oculto, pero pernicioso allí? No es suficiente su lectura del "Arthur Gordon Pym", de Edgar Poe. Estoy seguro de que supo algo más. En general, la Antártica es el centro sexual del mundo. Así se lo dice a Miguel Serrano, otro iniciado en el Mito Polar, su maestro. Y creo que efectivamente es así. Al ser el centro sexual de la Tierra, resulta un cúmulo de energías que, como la serpiente Kundalini de la Yoga, puede desatar terribles consecuencias sino son bien empleadas. El centro intelectual de la Tierra estaría ubicado en el norte, y correspondería a la Hyperborea mencionada los griegos. Pero hoy está oculto, posiblemente sumergido en casi su totalidad. Con el pronto desplazamiento de los polos, la función espiritual de “cabeza del mundo” debiera radicar en la región antártica. Por ello es que Chile y Argentina tienen un valor inmenso en lo que será la construcción de una nueva humanidad. No por nada se dice que las energías de los antiguos centros ubicados en los Himalaya se han desplazado a Los Andes. 

A pesar de que sus investigaciones lo encumbran muy alto, Fritz ha puesto los pies muy bien en tierra, en Santiago de la Nueva Extremadura. La ha recorrido poniendo los ojos donde nadie más, haciendo descubrimientos significantes de un saber arcano y siempre soslayado, pero que se muestra claramente al ojo entrenado. Santiago es una ciudad asombrosa desde muchos ángulos. Tú has iniciado una serie de recorridos tras ciertas pistas de su origen hermético. Cuéntanos acerca de tus hallazgos y sus significados. 

Efectivamente. Es bueno escucharte. Muchos santiaguinos suelen decir que esta ciudad es horrible. Pero tras el Santiago de ruido, Transantiago y malls, existe una ciudad maravillosa, que esconde secretos. De mis investigaciones he podido constatar la presencia del Hermetismo en casas como la del grupo artístico “Los Diez”, ubicada en calle Santa Rosa, a pocas cuadras de la Alameda Bernardo O’Higgins, y en la “Casa Edwards Matte”, que hoy es parte de la Universidad Alberto Hurtado. Fue precisamente esta importante Universidad la que me contrató para realizar un estudio simbólico sobre dicho inmueble. Ya desde afuera pude apreciar elementos simbólicos alquímicos y masónicos; pero una vez que tuve permiso para revisar todas las dependencias de dicho edificio, mi sorpresa fue inmensa. No se trataba de simples objetos aislados, sino de un plan con sentido hermético impresionante. Ismael Edwards Matte era lo que los alquimistas llaman un “adepto”, es decir, un poseedor de las llaves del conocimiento hermético. Así lo demuestra su construcción, en la que participó además el misterioso arquitecto Federico Bieregel. Fruto de este trabajo fue un texto que entregué a la universidad mencionada, junto a muchas fotografías. Espero pronto escribir sobre dicha casa en un libro que debiera titularse algo así como “Alquimistas y Hermetistas en Santiago de Chile”. Otro descubrimiento importante me parece la existencia de un culto al “Green Man”, el hombre verde de la tradición céltica y medieval. Ello se encuentra en la arquitectura de varios edificios antiguos de la capital. Se trata de un “dios” de la naturaleza, el principio de germinación. Durante quince años he ido recopilando material al respecto. Tengo ya dos carpetas con notas, fotografías, recortes de diarios, etcétera. Es parte de un trabajo acerca de la historia de la alquimia y el simbolismo hermético en nuestra patria, pero que espero extender a países como Argentina, Uruguay y Perú, donde estos saberes también poseen una presencia que aún no se estudia.

Sigamos en éste territorio. Cuéntame de la visita de Alfred Paraf a Chile a principios del siglo pasado, y de sus intentos por convencer a la clase dirigente de su capacidad alquímica. 

Paraf era un químico alsaciano muy peculiar. En Estados Unidos fue el primero en producir la margarina, pero pronto allá tuvo problemas con la ley. Luego vino a Chile, donde existió una gran expectativa inicial, y luego una serie de acusaciones de fraude que lo llevarán a emigrar a Perú, donde morirá. Se pretendía conocedor de una fórmula que podía transmutar la escoria en oro a través de ciertos procesos industriales. Lo novedoso del caso es que en Chile logró captar el interés de gente relacionada con la mineralogía, personalidades cultas y relacionadas con el poder. Paraf ofreció su método al gobierno de la época, e incluso les entregó oro obtenido por sus procedimientos. La historia suele decir que era un timador sin más. Pero hay ciertos hechos que quedan sin respuesta. Por ejemplo, ¿cómo se explica que gente relacionada con la mineralogía, y que presenciaron la transmutación, hayan aseverado que lo producido en el laboratorio, a través del método Paraf, fue efectivamente oro? ¿O que el alsaciano haya solicitado a expertos químicos un peritaje de su procedimiento, sin que su solicitud haya sido aprobada por los científicos? Esto de la producción de oro por métodos alquímicos, o más precisamente arquímicos (Fritz insiste en la diferencia de estas ciencias que hace un tal Fulcanelli en "Las Moradas Filosofales"), y presentada a la publicidad, es similar a lo que ocurrirá un tiempo después en Francia con Alphonse Jobert, otro químico misterioso, de quien algunos creen que podría ser el legendario Fulcanelli, el cual desaparece también de la historia, como si la tierra se lo hubiese tragado. De Paraf en Perú no sabemos nada, salvo que murió en la pobreza.

Introducción a Oriente para meros occidentales. Pareciera existir una intención unificadora en las distintas fuentes mitológicas de las que te nutres. Me refiero a un nudo en el cual todas ellas se cruzan. Esa es la sensación con la que quedo luego de revisar tus artículos, ¿me podrías explicar esos puntos centrales donde convergen tus investigaciones y textos? 

Sí, aunque tal vez pareciera muy disímil interesarse por un autor conocido como maestro de horror, cual es Lovecraft, y a la vez por la alquimia, el sufismo, la geografía sacra, etcétera. Hay una búsqueda común en todo ello. Y dice relación con el desciframiento de ciertas verdades “ocultas”, a las cuales se puede acceder sólo con la gnosis. En general hay dos centros de interés. La literatura fantástica (especialmente Lovecraft, Machen, Blackwood, Dunsany, Ashton Smith) y el esoterismo puro. Digo puro porque en la literatura fantástica, como en otras áreas, es admisible una interpretación esotérica; pero aquí me refiero al esoterismo como vía en sí, no como hermenéutica. Dichos caminos convergen en algún punto. La literatura por la literatura para mí no es suficiente. Tiene que poseer un contenido que me diga algo más. 

Un lector apurado podría pensar que tus textos versan sobre temas marcadamente anacrónicos, como por ejemplo la alquimia. ¿Qué opinas? 

No me interesa lo anacrónico, sino lo que se alimenta de una sustancia eterna. Por cierto, tal saber se difundía de manera más clara en tiempos pasados, cuando había un orden que velaba por lo espiritual y no por el individualismo o el materialismo actuales. Pero, de alguna forma, la Luz busca una manera para permanecer. La misma alquimia, por ejemplo, si bien es cierto tuvo su auge en Occidente durante la Edad Media y el inicio del Renacimiento, aún goza de buena salud, y los amantes del Arte Real existen por todas partes, incluso en Chile, donde intento difundir esta ciencia sagrada. Respecto a nuestro país, una de mis labores consiste en rastrear la presencia hermética en sus personajes, sus símbolos, sus monumentos; para sorpresa de muchos he podido establecer, aunque de manera esquemática y no definitiva, algunos hitos de lo que podría ser una “Historia de la Alquimia en Chile”. La alquimia, al ser la ciencia de la transmutación del sí, no tiene tiempo. Mientras existan hombres en la Tierra, habrá seres que deseen obtener una depuración y una transformación. 


Por favor, aterrízanos el sufismo. Explícanoslo como si fuéramos lo que somos: Occidentales. 

El sufismo, o tasawwuf, es el esoterismo islámico, es decir, la esencia misma del Islam. Su equivalente podría ser la kabbalah, en el judaísmo, y el rosacrucismo auténtico, en el cristianismo. En general es una profundización de las enseñanzas islámicas, que atiende más al espíritu que a la letra. Otra definición del sufismo podría ser aquella senda que busca limpiar las asperezas del yo (ego) para así poder amar directamente a Dios. El sufismo es ante todo una senda, un camino. Se manifiesta en órdenes o cofradías (denominadas turuq), donde hay un sabio o guía (shaykh) que da instrucciones espirituales a los miembros del grupo, como por ejemplo una recitación especial. El método común es el dikhr, que se hace normalmente a través de repetición de palabras o de frases sagradas. 

El Islam, de manera generalizada, se ha convertido en una amenaza pública. Como antes lo fueron los rusos, o cualquiera que fuese el “enemigo” de turno de EE.UU. ¿Qué opinas de tal manipulación e ignorancia? 

Es lamentable, por cierto. Decir o mostrar al Islam como sinónimo de terrorismo es gravísimo. No se puede culpar al Islam de la estupidez de algunos musulmanes, como tampoco se puede enjuiciar al cristianismo por la pedofilia de algunos sacerdotes. El fanatismo, por lo demás, está no sólo en musulmanes, sino también en cristianos, hinduistas, ateos, etcétera. Está en la política, en la TV, en el fútbol… Hay muchas pruebas que indican que el Islam no se trata de una religión violenta o de ignorancia. Por el contrario, detuvo prácticas monstruosas como la esclavitud, o el matar a las hijas sólo por ser mujeres. El Islam contiene una enseñanza de respeto a los cristianos, judíos, sabeos y en general a los monoteístas. Pero ello puede ampliarse a las otras comunidades y también a los no creyentes. El mismo Qur´an (Corán) dice que no puede haber coacción en materia de religión; y también que si uno llama al Islam y no hay respuesta, se debe dejar a la persona; es decir, no violentarla. Obviamente no todos los musulmanes han cumplido estas prescripciones. Y el Islam se debate hoy entre uno puritano e intolerante (wahabí), y uno pacífico y mayoritario, el cual, de no transformarse en algo light, puede brindar mucha riqueza espiritual. El Islam es la religión que más crece, porcentualmente hablando, y creo que esa es una razón suficiente para que algunos deseen atacarla. El Islam prohíbe la usura, y el capitalismo es un sistema económico basado en el interés usurero. 

En un contexto de apertura mental y de búsqueda espiritual, ¿cómo evalúas el uso de psicotrópicos que faciliten tales estados? ¿Son una suerte de simples atajos químicos que le quitan peso al resultado? 

No soy quién para hablar de ese tema. Sólo puedo decir que la sabiduría ancestral permitía cierto uso de sustancias alucinógenas. Pero ello en ritos, y con la presencia de un maestro. Hoy, ¿se lo hace con el mismo fin y medio? 

Y me quedo pensando que me gustaría compartir una estampilla de LSD con este tipo y vislumbrar la lejana Kadath, o la hundida R’lyeh, aminorar el paso del tiempo, redescubrir el mundo, convertir el oro en aire; buscar las certezas donde todos afirman que no hay más que añejos cuentos...

FUENTE: http://www.mediapinta.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=204:entrevista-a-sergio-fritz-roa&catid=58:sergio-fritz-roz

viernes, agosto 06, 2010

LOVECRAFT Y EL CINE (REPORTAJE A SERGIO FRITZ)

Sergio Fritz, estudioso del famoso escritor de horror cósmico

"Lovecraft no hubiese ido al cine a ver una película de su libro"



Ahora que James Cameron, el todopoderoso de Hollywood, será el productor de una película basada en el libro “En las montañas de la locura”, de H.P. Lovecraft, a Sergio Fritz, seguidor por décadas de la obra del escritor, se le ocurre que hay una gran paradoja.

“Aunque sus amigos se lo sugerían, él estaba escéptico y creía que se trataba de un arte menor. Quizás por la idea de se trataba de algo masivo, mientras que él siempre se sintió un aristócrata”, asegura Fritz, también presidente de la Liga Lovecraftiana local.

-O sea, que no iba al cine.

-Claro. Probablemente no hubiese ido al cine, aunque se tratara de una película de su obra.

También escritor e investigador de la universidad de Miskatonic, Fritz se ha dedicado a estudiar la obra del autor de Providence, quien murió en 1937 sin el reconocimiento merecido para sus aterradores escritos en que el ser humano es un juguete de ancestrales fuerzas.

-¿Qué le parece Cameron?

-No sé mucho de cine, pero vi “Avatar” y encontré que tenía muy buenos efectos especiales. Quizás pueda hacer cosas más interesantes.

-No lo noto convencido… ¿qué director era el ideal?

-Me hubiese gustado que fuera John Carpenter, porque en la película “La niebla” (1980), donde logra desarrollar un terror sicológico de la pequeñez humana frente al cosmos hostil. Rescato también “En las fauces de la locura” (1994) de Carpenter, que si bien es cierto no está basada directamente en una novela o relato de Lovecraft, sí toma muchos elementos prestados. Lo ideal es que se desarrolle un ambiente opresor, como el que existía en “Alien”, dirigida por Ridley Scott.

-¿Qué actor está pintado para la película?

-Eso no es relevante, ya que Lovecraft fue capaz de despojar al hombre del universo narrativo para hacer del ambiente la figura central, donde hay un miedo ancestral. Es capaz de crear idiomas, resucita cultos a dioses antiguos, urde historias, dialoga con el universo...

-¿Cómo nos resume “En las montañas de la locura”?

-Se trata de una expedición científica que va a la Antártica y que descubre la presencia de una geografía imposible y de una especie maligna, que será despertada. Lo demás es para gusto de los lectores o quienes vean la película.

-No es como las películas de terror con zombies ni Freddy Krueger, entonces.

-No, es menos evidente y sugiere más que mostrar. Es un desafío muy grande para el cine ya que el mismo escritor muchas veces dice que el terror en sus relatos es “indescriptible, inenarrable”.



NOTAS DEL ENTREVISTADO:
1.- Entrevista publicada en el diario chileno "LAS ULTIMAS NOTICIAS" del día martes 3 de Agosto de 2010, p.34. www.lun.cl
2.-Los medios actuales suelen recurrir a la brevedad y simplificación de contenidos. También es cierto que se tiende al sensacionalismo y se prefieren las frases cortas y categóricas. Por ello, hubo algunos puntos que no se pudieron detallar mejor. Me hubiera gustado hacerlo. Especialmente respecto a la relación Lovecraft-cine.
3.- No sé si fue una humorada del entrevistador o una errata muy divertida. Me refiero al hecho que se me sindica como estudios de la Universidad Miskatonic. Los lectores de Lovecraft saben que ¡dicho centro universitario es un invento del mismo Lovecraft y que no existe, al menos en el mundo vigil!

martes, agosto 03, 2010

“SEMANA GUENONIANA DE BUENOS AIRES – 2010”


Encuentro de estudios tradicionales de la República Argentina

La “Semana Guenoniana de Buenos Aires” se inició en el año 2001 al cumplirse 50 años de la muerte del pensador tradicionalista francés René Guénon. Desde dicha fecha, se ha venido realizando el evento convocando a figuras del ámbito intelectual y académico nacionales e internacionales especializados en el estudio de las tradiciones religiosas.

En este ciclo 2010 organiza el encuentro el Centro de Estudios Ariadna. La coordinación del evento corresponde al Lic. Leandro Pinkler y al Prof. Santiago Giromini.

PRIMER DÍA

Día: Miércoles 25 de agosto

Horario: 18.00

Lugar: Honorable Congreso de la Nación - Salón auditorio

Dirección: Hipólito Irigoyen 1708 – 5to. Piso.

Todas las actividades son libres y gratuitas hasta colmar la capacidad de la sala

Conferencias:

Prof. Santiago Giromini

Título: “Presentación"

Dra. Dina Picotti

Título “La cuestión del último Dios en Martín Heidegger”

Dr. Sergio Fritz Roa

Título: “La búsqueda de los centros espirituales de América por rosacruces y jesuitas”

Reseña de los Expositores:

Prof. Santiago Giromini: Filosofía, Universidad de Buenos Aires. Forma parte del cuerpo docente del núcleo “Sociedad y cultura contemporánea”, dicta cursos de capacitación docente en el Ministerio de Educación (GCBA), cursos de Filosofía contemporánea e Historia, Actualmente, integra el cuerpo docente del Patriarcal Ateneo San Marcos (San Pablo-Brasil) .

Dra. Dina Picotti: Doctora en filosofía (Univ. de Munich). Docente en Universidades nacionales (Universidad de General Sarmiento) y privadas de Argentina. Ha sido Decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Morón y Directora de su Instituto de Pensamiento Latinoamericano; actual coordinadora de la Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Matanza. Es investigadora en temas de filosofía contemporánea, filosofía de la historia y de cultura latinoamericana.

Sergio Fritz Roa. Escritor, investigador, conferenciante, estudioso de la metafísica tradicional y el simbolismo hermético, de la ciudad de Santiago de la República de Chile. Dirige la revista "Bajo los Hielos" (www.bajoloshielos. cl), de antigua presencia en internet. Es autor de la novela «El Jardín de Trincheras», recientemente publicada en italiano; coautor de la enciclopédica obra sobre la Orden del Temple "Codex Templi" (Aguilar, Madrid, 2005), del libro "Templarios: Cruz y medialuna" y de la antología fantástica "Poliedro I", como de varios artículos sobre espiritualidad tradicional y Literatura Fantástica.

SEGUNDO DÍA:

Día: Sábado 28 de Agosto de 2010

Horario: 11.00

Lugar: MALBA-Fundació n Constantini - Salón auditorio.

Dirección: Av. Figueroa Alcorta 3415 – P.B.

Todas las actividades son libres y gratuitas hasta colmar la capacidad de la sala

Conferencias:

Lic. Leandro Pinkler

Titulo: “Tradición y transmutación espiritual”

Dr. Francisco García Bazán

Título: “René Guénon y las posibilidades de la metapolítica tradicional”

Dr. José Antonio Antón Pacheco

Título: “Acercamiento a René Guénon desde la filosofía contemporánea. El caso especial de la hermenéutica”

Leandro Pinkler es licenciado en Letras por la UBA , docente auxiliar de la cátedra de Lengua y Cultura Griegas de la misma universidad. A integrado grupos de investigación en el CONYCET, UBACYT Y CIFIRE, profesor asociado de la Fundación Centro de Estudios Psicoanalíticos, director del Centro de Estudios Ariadna y codirector de la revista El hilo de Ariadna. Autor y Compilador del libro La religión en la época de la muerte de Dios. A participado de varios trabajos de traducción de obras clásicas griegas entre las que se puede mencionar Antigona y Edipo Rey. Especialista de la obra del filósofo alemán Frederich Nietzsche, donde ha participado en la traducción y análisis de sus textos del alemán al castellano.

Francisco García Bazán es licenciado en Filosofía (UBA), Doctor en Filosofía (Universidad del Salvador), becas de postgrado en Roma. Investigador Superior del CONICET y Director de la Escuela de Graduados de la Universidad Kennedy. Ha publicado extensamente sobre las relaciones entre el cristianismo primitivo, la filosofía antigua y la fenomenología e historia de las religiones. Obras recientes: Aspectos inusuales de lo sagrado, Textos gnósticos de Nag Hammadi, La gnosis eterna (Ed. Trotta, Madrid), La concepción pitagórica del número y sus proyecciones, Jesús el Nazareno y los primeros cristianos. La Religión Hermética. Formación e historia de un culto de misterios egipcio y El gnosticismo: esencia, origen y trayectoria. Fue galardonado con el Konex de Metafísica y el Premio Bernardo Houssay a la Investigación Científica. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.

José Antonio Antón Pacheco es profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Sevilla. Sus publicaciones están relacionadas fundamentalmente con la reflexión y la investigación filosóficas. Destacamos: Elementos de metafísica tradicional (Madrid, 1982), Symbolica nomina: introducción a la hermenéutica espiritual del Libro (Barcelona, 1988), Ensayo sobre el tiempo axial (Sevilla, 1995), Los testigos del instante. Ensayos de hermenéutica comparada (Madrid, 2003) y otras obras. Presta una especial atención a la figura de Emanuel Swedenborg, de quien ha publicado: Un libro sobre Swedenborg (Sevilla, 1991) y Swedenborg: el habitante de dos mundos. Obra científica, teológica y visionaria (en colaboración con Christen Blom-Dahl, Madrid, 2000). En lo que respecta a la creación literaria ha publicado La lluvia perseguida (Huelva, 1979) y Midrás (Sevilla, 2003).

TODAS LAS ACTIVIDADES SON LIBRES Y GRATUITAS HASTA COMPLETAR LA CAPACIDAD DE LAS SALAS