He visto soles refulgiendo cobre en arenas de continentes ya desaparecidos.
He oído el cántico lúgubre de lobos en bosques nórdicos, bajo una luna enloquecida.
He subido a montañas donde hay altares con fuegos eternos.
No dejaré la Senda a pesar del cansancio.
No dudaré en hacer el Ritual cuantas veces haya que hacerlo.
La sangre es muerte; pero también es vida.
Mi espada necesita alimento y batallas.
No escojo; no dudo.
¡Avanzo!
Mientras, los perros del infierno son mis únicos amigos y huéspedes.
(20 de marzo de 2015)
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