Los catálogos de libros son de alguna 
forma tan antiguos como la cultura (ya los realizaban en la vieja Sumeria y en Grecia). Nos informan sobre la existencia de 
ciertos textos, sus autores y características como el año de publicación
 y cantidad de páginas. En algunos casos indican los precios y 
curiosidades ya sea en cuanto a la edición específica o al ejemplar que 
se presenta (por ejemplo, si está firmado, dedicado, etc.).  
Desde
 que orienté mi vida a ser librero (hace un poco más de 3 años) me 
enamoré de los catálogos. Hay algunos que en sí mismos son joyas, pues 
sus diseños son preciosos. Otros son sumamente simples en la confección,
 pero ricos en contenidos.
Los atesoro, pues son de consulta 
necesaria. Gracias a ellos he podido aprender de la historia del libro, 
conocer a sus autores, memorizar algunas ediciones raras, etc.
No solo las casas editoriales editan
 catálogo, también lo hacen las bibliotecas y las librerías 
(especialmente las mejores "librerías de viejo" y/o "librerías 
anticuarias"). También se han realizado catálogos para eventos 
especiales, así por ejemplo para una exposición de libro de arte, etc.
Poseo catálogos nacionales, ingleses, franceses, argentinos y uno holandés.
Uno
 de los que más me gusta de mi colección es uno de los varios efectuados
 por la Librería H.P.Kraus de New York. Además del texto y excelentes 
especificaciones en torno a los libros en venta, incorpora en gran 
cantidad de láminas con mapas, grabados, etc. de aquéllos. 
Otro
 que tiene valor para mí como librero y amante de los libros es el 
siguiente: "Libros americanos. Catálogo publicado con motivo del 
sesquincentenario de la revolución de Mayo. 1810-1960", de la librería 
L´Amateur de Buenos Aires. Permite conocer varios de los más 
interesantes textos de Americana.
Pronto espero dar a conocer algunos catálogos chilenos de mi pequeña colección.
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