(Portada del libro “El
uranio de los atlantes” de Ovidio Pracilio. Imagen de Sergio Fritz)
Ovidio Pracilio (1912-2004) fue
un autor argentino, pionero en la ciencia ficción latinoamericana. Ya en los
años 50 escribió varias novelas, en la que sería su editorial, llamada “Mundos
Desconocidos”.
No obstante
este interés siempre estuvo ligado al mundo intelectual y científico,
obteniendo algunos premios, siendo reconocido incluso internacionalmente.
Destaca en el
aspecto fantástico el ciclo del “Profesor X”, un gran erudito descubridor de la
Atlántida y sagaz científico.
Es parte de
dicha saga, la obra “El uranio de los
atlantes” (Fabulosas aventuras del Profesor X, N°2, Ediciones Mundos
Desconocidos, Buenos Aires, 1959) que tuvimos la fortuna de obtener hace un
año. Allí, Ovidio Pracilio hace
declaraciones de profundo interés, esgrimiendo tesis revolucionarias
respecto a cuestión de orden físico y cosmológico; algunas de ellas las veremos
en este breve artículo.
(Portadilla del libro
de Pracilio. Imagen de Sergio Fritz)
1.-
Y son las que se refieren a la
Luna.
Ya en sus
primeras páginas (10-11) nos indica el autor que la Luna no gira alrededor de
la Tierra, sino la Tierra lo hace alrededor de la Luna. Además señala que el
Sol al cual giran los planetas y demás cuerpos en el sistema solar, no es el
Sol visible sino otro, que siguiendo el uso ocultista llama “Sol-Central”
(Véase por ejemplo el libro de Peryt
Shou: “The Mystery of the Central Sun
from scientific and metaphysical viewpoints”; como además las varias
referencias que han hecho los teosofistas como madame Blavatsky).
Leamos,
entonces, lo que dice Ovidio Pracilio a través de un personaje (Omega, un
extraterrestre) en su texto:
“Contrariamente
a lo que la ciencia humana ha creído hasta ahora – nos dijo el sabio mientras
la astronave se desplazaba en la infinita serenidad de la ionósfera- el mundo
Tierra no gira directamente alrededor del Sol, ni la Luna lo hace alrededor de
este planeta. Ambas órbitas elípticas son pura apariencia. La verdadera
mecánica del sistema Sol-Tierra-Luna lo transforma en Sol-Luna-Tierra, lo que
significa que vuestro mundo no gravita directamente alrededor del Sol sino que
lo hace directamente alrededor de la Luna. Como indica el gráfico, cada astro (sin girar
sobre su eje como erróneamente suponen vuestros sabios) efectúa un movimiento de revolución sobre su centro gravitacional,
movimiento que nosotros llamamos “palpitación”. Ese centro de gravitación se
desplaza sobre la superficie esférica del campo de fuerza o magnético del otro
astro al que se encuentra directamente supeditado. Los campos de fuerza son
invariablemente esféricos, y si aparentemente resultan a la observación humana
como órbitas elípticas, ello es debido a la circunstancia de que es sobre los centros gravitacionales de los
astros u no sobre los centros de los propios astros sobre los que actúan los
campos magnéticos en su maravillosa interacción recíproca. De igual modo
juegan los campos en el interior del átomo o en los gigantescos sistemas
siderales. En el caso particular del Sol, la Luna y la Tierra, mientras cada
uno de esos tres astros “palpita” alrededor de su centro gravitacional, la Tierra
cambia su posición relativa alrededor de la Luna e indirectamente alrededor del
Sol, Sol éste que no es el visible desde
vuestro mundo sino el Sol-Central oscuro por ultraluminoso…”
La referencia a este Sol-Central
es lo que lo ocultistas llaman también Sol Negro. De este tema hablaremos en
otro escrito.
Por ahora, retomemos lo vinculado
a la Luna.
Acá están los gráficos que
incluye nuestro autor, para explicar su teoría.
Ciertamente
esto parece fantástico; pero no necesariamente disparatado. Recordemos que Pracilio
era un científico, que obtuvo cierto respeto en la comunidad internacional de
su tiempo. Sería útil que sus tesis fueran analizadas a la luz de las últimas
investigaciones astronómicas y físicas.
No es raro que una obra “fantástica” contenga conocimientos de
adelantada.
2.-
Otro tema que mantiene cierta
relación con lo anterior es lo indicado por Don Wilson:
“Incluso antes
de que el hombre viajara a la Luna, algunos científicos, como Isaac Asimov,
habían señalado que realmente es un capricho de la naturaleza celeste, porque
según todas las leyes cósmicas no debería
estar girando alrededor de la Tierra” (“La
Luna, una misteriosa nave espacial”, Editorial Pomaire, Barcelona, 1978,
p.78).
Ello especialmente por el hecho de que los
planetas pequeños, como la Tierra, no
deberían lograr atraer hacia sí a cuerpos que como la Luna son de una cuarta
parte del primero.
Siguiendo esta
lógica se encuentra el doctor Jímenez del Oso, famoso estudioso de temas
parapsicológicos y de misterios: http://www.youtube.com/watch?v=oIHV9YTWe54&feature=related
Aquí el
español indica muchas ideas que también hallamos en el libro de Don Wilson. Por ejemplo, la
aparente imposibilidad quela Luna orbite un cuerpo no mucho más grande como la
Tierra.
Habría otros
temas que podrían analizarse en torno a la Luna (efecto de la Luna en las
mujeres, las mareas y los lunáticos; las curiosas formaciones pétreas de la
superficie que parecen pirámides; etc.).
Por ahora, quedémonos con el Profesor
X, Omega y el genial Ovidio Pracilio, y
las tesis acerca de la gravitación.
Una última
reflexión: Es curioso que no obstante estar tan cerca de nuestro planeta, la
Luna siga siendo sin embargo una gran desconocida…
NOTA COMPLEMENTARIA:
Para una lectura breve de datos biográficos del autor, ver: http://modelobiologico.byethost18.com/docs/4_ALGUNOS%20DATOS%20BIOGRAFICOS%20DEL%20DR.pdf
__________________________________________
© Sergio Fritz Roa, 2012.
Email: fritz.sergio@gmail.com
Prohibida la
reproducción de este artículo y sus imágenes, sin permiso del autor.
Para ver esta página en PDF: http://www.bajoloshielos.cl/selene.pdf
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