jueves, agosto 21, 2025

LOS "ENTIERROS" MÁGICOS EN CHILE (Sergio Fritz)



El 2009 un lugareño de San Esteban, Los Andes, me contó una historia extraordinaria. En el sector hubo un hombre que de un momento a otro se enriqueció. La causa en esta ocasión no era el mítico Pacto con el Diablo, sino el hallazgo de un “entierro”. En la tradición folclorica chilena el entierro es un lugar donde se encuentra un tesoro, generalmente un cántaro, cofre o vasija con monedas de oro. Se manifiesta a través de una luz que debe seguir el explorador. Donde se detiene, es donde deberá excavar. Allí a pocos metros, tendrá su recompensa…

Pues bien, el caso es que este hombre así lo hizo y se enriqueció, demostrando así la eficacia de los entierros.

Hallar “entierros” es un arte, y debe considerarse un tipo de Brujería en el sentido amplio de nuestro libro, pues tiene ese aspecto de enseñanzas que se entregan de oídos a oídos, con mucho hermetismo, a la vez que hay que cumplir ciertas normas secretas para ser “bueno” en ello.

Así, en la cuarta región una nieta describe a su abuelo, un experto en “hallazgos”:

“Era muy habiloso y se ofrecía para sacar los entierros. Él decía que sabía los rezos de atrás para adelante, sabía las 12 palabras redobladas, que nunca le enseñó a nadie, pero él las sabía. Y él sacaba entierros y decía que había que tener mucho coraje porque mientras estaban ahí tratando de encontrar el tesoro se veían muchas cosas malas. Y si alguien no tenía todo lo necesario para defenderse, en el mismo momento se moría”[1].




“Al morir el dueño de un entierro, si en un año nadie lo ha descubierto, pasa a ser un entierro huacho, del cual se apoderan los brujos. En sus reuniones estos designan al guardián, quien se transforma en un bicho que lo resguardará hasta su muerte. Sólo el viernes Santo las riquezas ocultas se dejan ver espontáneamente y pueden ser halladas con o sin custodio que las proteja.”

Los entierros suelen ser custodiados por brujos, el Diablo, culebrones u otros seres. Así, por ejemplo, los dueños de los entierros, desde ultratumba envían seres como culebras y otros reptiles para vigilarlos.

Para hallar un entierro, se ha de ir a medianoche, y ciertas luces como llamas llevarán al lugar. Hay entierros que  “suenan” y otros que por su parte “arden”.





Algunos entierros famosos son el de Las Pataguas en Quilpué, el de la Quebrada del Negro en Talagante (vinculado a Doña Javiera Carrera), el del Soldado en Valparaíso y el de Los Jesuitas en Ocoa.

 

 


NOTA:

[1]  VV.AA. Entre duendes y churrascas. Rescate mitos y leyendas rurales de La Serena. Sin dato de editorial ni lugar de edición. 2 tomos. Uno editado en 2016 y otro en 2018. p. 51.

 


UNA SUPUESTA BRUJA EN EL VALPARAISO DEL S. XIX

 Acabo de hallar esto...

Pronto espero entregar más información.




martes, agosto 19, 2025

EL CHON CHON O TUE TUE DEL CAMPO CHILENO (Sergio Fritz)

 (Texto en borrador; aún no revisado)



ETIMOLOGIA

Posiblemente provenga del término “Choo!”, que según Nicasio Tangol (p. 43), es una “exclamación que se emplea para ahuyentar a las aves y a los animales”.

Su origen indígena no está en dudas.



“Uno de los wekufe más recurrente en la vida cotidiana de los mapuche es el chonchón o tuetué, nombre este 

último de carácter onomatopéyico que señala su canto fatídico, presagio de males diversos. Según las creencias, se 

trata de la cabeza de algún kalku que vuela por la noche mediante sus enromes orejas que le sirven de alas”1.



Poseen cabeza humana, orejas gigantes que son usadas como alas. Vuelan generalmente en las noches (para 

JVC, p.19, siempre de noche)


No hay que molestarlos. Al pasar dicen tué, tué, tué, “que es la única señal que delata su presencia, pues son 

invisibles para todos los que no son brujos” (JVC, p.19,)


MEDIOS PARA CONTRARRESTARLO


Lanzándolos al suelo:


JVCifuentes señala las siguientes (JVC, p.19,):


- Recitar el Magnificat (pero el no de María cuando se reunió con su prima Isabel), sino uno del cual nada se sabe.

- Recitar el Padrenyestro al revés (o sea, iniciando desde la última palabra).

- Recitar las palabras redobladas

- Hacer la cruz de Salomón en el suelo-

- Extender un chaleco en cierta forma.


Por su parte Miguel Moreno Duhamel (Criaturas fabulosas chilenas, p. 174) señala otras:


- Tirar un poco de sal al fogón

- Atajarlos con la medalla de San Benito

- Pronunciar la frase “con Dios y Santa María”


Caupolicán Montaldo (p.40) da la clásica “contra”:

- Decir “Martes hoy, martes mañana, martes toda la semana”, mientras se tira sal al fuego.


Finalmente, José Silvestre, quien realizó un estudio mitológico-zoológico en Ovalle, citado por Julio Vicuña agregará:

- Rezar “San Cipraino va para areriba, San Cipriano para abajo”, lo que debe repetirse muchas veces, sosteniendo en una mano una “vela de bien morir” y en la otra un cuchillo de “cacha de balduque2.


                                  

Para ir a la cueva de brujería o salamanca, es común transformarse en un chonchón. Así en el caso contra la supuesta brujería en Chillán, la india Melchora reconoce que para ir a la cueva se desplazaba “tomando la figura de paxaro chonchon”3.


Aunque hay quienes lo identifican con el Chuncho, es propio del Chonchón cantar tuetue. Además cuando se trata de narrar hechos de brujos, en el Chile campesino se dice “los chonchones” para decir brujos, y nunca chunchos.

El Chonchón suele traer la muerte o malos presagios. En especial revolotea donde están los enfermos y les causa la muerte en caso que venza a sus espiritus, a través de la succión de su sangre.

En una historia de la zona central, citada por Ernesto Wilckens:

“Di un derrepente aparecieron los Chon-Chones. A la escasa luz de la media luna los reconocí. Puras cabezas y con grandes orejas que movían como alas. Y me gritaban : ¡Más abajo! ¡Más abajo! Pero no les hice caso y seguí corriendo por el sendero. Más abajo, más abajo, volvieron a gritarme una y otra vez. ¡Más abajo! Miren, que si les hubiese hecho caso, no la estaría contando. Me habría descrestado ahí mesmito nomá”4.


Más información, en los siguientes videos:


1.- Aquí, de manera novedosa, lo relaciono con otras cabezas voladoras de países como Bolivia, Perú y Argentina:




2.- El Chonchón o Tuetué, espíritu brujo del campo chileno:




 

Bibliografía:


Casanova Guarda, Holdenis. Diablos, brujos y espíritus maléficos. Chillán, un proceso judicial del siglo XVIII, Ediciones Universidad de la Frontera, Temuco, 1994.

Moreno Duhamel, Miguel. Criaturas fabulosas chilenas. Marciano ediciones, Santiago, 2021.

Montaldo, Caupolicán. Del diablo y otros personajes. Crónica folklórica de la Cuenca del Itata. Universidad de Concepción, Concepción, 1960.

Tangol, Nicasio. Diccionario etimológico chilote, Edit. Nascimento, Santiago,1976.

Valenzuela, Eduardo. Historias de hechicería y brujería en el Chile colonial. Editorial Pehuén. Santiago, 2013.

Julio Vicuña Cifientes. Mitos y supersticiones recogidos de la tradición oral. Edit. Universitaria, Santiago, 1910.

Vicuña Cifuentes, Julio. Mitos y supersticiones. Estudios de l folklore chileno recogidos de la tradición oral, Edit. Nascimento, Tercera edición, 1947.

Wilckens Riese, Ernesto. Correo brujo de Vichuquén y otros cuentos droláticos de la región. Editorial Nascimento, Santiago, 1979.


NOTAS:

1Casanova Guarda, Holdenis. Diablos, brujos y espíritus maléficos. Chillán, un proceso judicial del siglo XVIII. p, 151.

2Citado por Julio Vicuña Cifuentes en: Mitos y supersticiones. Estudios de l folklore chileno recogidos de la tradición oral. , Eit. Nascimento, Tercera edición, 1947, p.64.

3Citado por Eduardo Valenzuela en Maleficio. p.138. 

4 Wilckens Riese, Ernesto. Correo brujo de Vichuquén y otros cuentos droláticos de la región. Editorial Nascimento, pp. 128-129.