(O. V. Lubicz Milosz, poeta y alquimista)
LOFOTEN
Todos los muertos se emborrachan con la vieja y fría lluvia
En el extraño cementerio de Lofoten
El reloj del deshielo hace tic tac en la lontananza
Hasta el corazón de los pobres ataúdes de Lofoten
Y gracias a los agujeros abiertos por la negra primavera
Los cuervos se ceban con fría carne humana
Y gracias al tenue sonido de la voz de un niño
El sueño es dulce para los muertos en Lofoten
Probablemente no veré jamás
Ni el mar, ni las tumbas de Lofoten
Y sin embargo están en mí, como nunca,
Este lejano rincón de tierra y todas sus penas
Vosotros desaparecidos, vosotros suicidas, vosotros lejanos
al extraño cementerio de Lofoten
- El nombre resuena en mis oídos - tan lejano, tan dulce.
Dime, en verdad: ¿ duermes, duermes?
Podrías contarme cosas mucho más divertidas
Mirífica claridad, de la que mi copita de plata esté llena
De las historias más encantadoras y menos locas
Déjame tranquilo con tu Lofoten
Hace buen tiempo. En el fogón dulcemente se pasa
La voz del más melancólico entre los meses
¡Ah! Los muertos, incluso ahí los de Lofoten
Los muertos, en el fondo los muertos están menos muertos que yo.
LOFOTEN
Todos los muertos se emborrachan con la vieja y fría lluvia
En el extraño cementerio de Lofoten
El reloj del deshielo hace tic tac en la lontananza
Hasta el corazón de los pobres ataúdes de Lofoten
Y gracias a los agujeros abiertos por la negra primavera
Los cuervos se ceban con fría carne humana
Y gracias al tenue sonido de la voz de un niño
El sueño es dulce para los muertos en Lofoten
Probablemente no veré jamás
Ni el mar, ni las tumbas de Lofoten
Y sin embargo están en mí, como nunca,
Este lejano rincón de tierra y todas sus penas
Vosotros desaparecidos, vosotros suicidas, vosotros lejanos
al extraño cementerio de Lofoten
- El nombre resuena en mis oídos - tan lejano, tan dulce.
Dime, en verdad: ¿ duermes, duermes?
Podrías contarme cosas mucho más divertidas
Mirífica claridad, de la que mi copita de plata esté llena
De las historias más encantadoras y menos locas
Déjame tranquilo con tu Lofoten
Hace buen tiempo. En el fogón dulcemente se pasa
La voz del más melancólico entre los meses
¡Ah! Los muertos, incluso ahí los de Lofoten
Los muertos, en el fondo los muertos están menos muertos que yo.
NOTA: El presente es un poema del maravilloso escritor lituano Oscar Vladislas de Lubicz Milosz (1877-1939), que fuera traducido entre mi amigo Burkhard y yo.
Como dato interesante para los amantes de la Ciencia Hermética, se debe recordar que Lubicz Milosz habría sido amigo de Fulcanelli, y muy cercano a Schwaller de Lubicz (según algunos el mismo Fulcanelli, aunque yo no pienso lo mismo), a quien incluso le dio el privilegio de usar su apellido. Perteneció a la sociedad hermética "Les Veilleurs", donde también estaba el alquimista Henri Coton-Alvart, sin duda un brillante adepto desconocido prácticamente en los países hispanoamericanos.
Lofoten es una zona de islas de Noruega, no muy lejana al mágico Círculo Polar Artico.
Como dato interesante para los amantes de la Ciencia Hermética, se debe recordar que Lubicz Milosz habría sido amigo de Fulcanelli, y muy cercano a Schwaller de Lubicz (según algunos el mismo Fulcanelli, aunque yo no pienso lo mismo), a quien incluso le dio el privilegio de usar su apellido. Perteneció a la sociedad hermética "Les Veilleurs", donde también estaba el alquimista Henri Coton-Alvart, sin duda un brillante adepto desconocido prácticamente en los países hispanoamericanos.
Lofoten es una zona de islas de Noruega, no muy lejana al mágico Círculo Polar Artico.
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