jueves, julio 31, 2025
LA RECTA PROVINCIA: A 10 años de la primera edición de mi obra más conocida
⛥¡Nos vemos ese viernes 1 de Agosto, a celebrar los 10 primeros años de la primera edición de mi obra más conocida!
sábado, junio 14, 2025
PREVENTA de mi ensayo Brujería Chilena, Tomo II.
Brujería Chilena tomo II, es la segunda parte
de un ensayo que intenta, por primera vez de manera sistemática, tratar la
Brujería nacional.
El tomo I comprendió la Historia y la
Dogmática; en el II se verá el Bestiario Brujo, con ilustraciones de
@sebas_ink87 y las Prácticas.
Si deseas adquirir el tomo II a $9.000 (una
vez editado valdrá entre $13.000 a $15.000), escríbeme por interno a mi email:
fritz.sergio@gmail.com
Apoya el rescate patrimonial de los saberes
ocultos de nuestro pueblo, a la vez que conoce más sobre el pensar mágico de
los territorios y su gente
LA CASA DE MARIONETAS (Sergio Fritz)
LA CASA DE MARIONETAS
Desde siempre, supe
que Valparaíso no era una ciudad como las otras. Algunos esoteristas la han llamado
"el Puerto de los Muertos", mientras excéntricos poetas murmuran que al
caer la noche, parece brotar otra urbe desde grietas que ninguna cartografía
oficial ha querido registrar. Yo, sin embargo, había decidido ignorar esas
habladurías… hasta que Elisa me habló de La Casa de Marionetas…
Ella era algo así como
una “follamiga”, una “amiga con ventaja”. Reconozco que siempre estuve
enamorado de esa hembra. Ataviada de finos corsés, faldas de cuero negro,
medias de rejilla, y una bella melena negra, era imposible ser inmune a sus
influjos. Pero, como nunca percibí un interés real de ella hacia mí en el
sentido de querer una relación más profunda, aceptaba mi rol sin quejarme de
poder acceder no sólo a su amistad, sino tener de vez en cuando ciertos
privilegios sexuales…
Pero tanto como su personalidad
sensual —propia de una auténtica vampiresa—, amaba su osadía en la vida. Nadie como
ella para adentrarse en los lugares más temibles de Valparaíso y tener
aventuras deportivas arriesgadas (“extremas”) en los cerros: lanzarse en caída y
a toda velocidad en bicicleta, por las calles empedradas, o hacer parkour en los más altos edificios
porteños.
En sus travesías por
rincones desconocidos de los cerros de la ciudad, había dado por casualidad con
un lugar que llamó La Casa de las Marionetas. Se trataba de un antro nocturno e
ilegal, de baja calaña, aunque de gran interés para personas de gustos exótico
como nosotros. Allí se reunían prostitutas, delincuentes, poetas desquiciados,
payasos callejeros y ancianos con miradas perversas. Aunque tal vez esto no era inusual en
Valparaíso, lo que lo hacía realmente atractivo era el hecho que parecían
pertenecer todos a un culto o secta… ¿Por qué Elisa lo creía? No estaba segura,
pero vio ciertos particulares gestos y formas de saludarse (como los que tienen
los masones), que la llevaron a esa conclusión. Ello, sumado al existir muchas
marionetas en distintas partes de la Casa, a la que los habituales parecían
venerar…
Quería que buscásemos
el lugar e intentásemos averiguar más. Y yo, obediente —¿acaso alguien podía desobedecerla?—, no lo dudé.
Anochecía, cuando
impulsados por una voluntad demoniaca, caminamos siguiendo los vagos recuerdos
de Elisa. Las calles del puerto se retorcían como nervios vivos bajo la niebla.
Los postes de luz se presentaban como si fueran huesos más que madera u hormigón. Y las casas, parecían contemplarnos
con ojos que no eran ventanas…
Todo era un cuadro
sugerente de larvas mentales y espantos.
Mi memoria retiene
haber cruzado el Cerro Toro, uno de los más peligrosos del puerto, llegando a
uno o dos cerros más arriba.
Por suerte, éramos
conocidos en el primero, lo que nos facultó entrar sin mayor inconveniente. Como
cortesía o “peaje”, obsequiamos unos gramos de droga a unos tipos de mirada
ansiosa y con armas de fuego, que ya habíamos visto en otras ocasiones.
Y luego, mi memoria se
hace borrosa en cuanto a los lugares que pasamos. Todo devino como un carrusel
pesadillesco…
Sólo vi una luz rojiza
al final de un pasaje y supe que era allí.
Una vez dentro, nos
sentamos frente a una mesa, siendo atendidos muy pronto por un tipo jorobado y
de labios leporinos. Era, por supuesto, el garzón.
—Qué. Qué… Qué van… Qué van a querer…sí,
que van a… ¿a querer, ustedes? —dijo, demostrando que además era tartamudo—.
Pedimos el vino de
casa, mientras observábamos la grotesca reunión de personajes presentes. Un
poco más allá de nosotros, una mujerzuela mostraba sus inmensos senos a un anciano
borracho y colorín, en otra mesa dos inmensos y rudos hombres jugaban a los
naipes, cerca de la puerta un trabajador portuario de cara cortada fumaba su
pipa, mientras algunas personas bailaban o hacían algo que con mucha
generosidad podríamos llamar baile…
Entonces, vi las
marionetas…
Estaban desperdigadas
en diferentes puntos del local. En las ventanas, al lado de los licores, cerca
de una lámpara… Eran como otros participantes. ¡Sí! Las percibí no como meros
juguetes u objetos artísticos, sino como seres vivos… O como recipientes de
almas…
Elisa me miró. Se
había dado cuenta de mi descubrimiento.
—¿Sabes? —me dijo, con esa voz deliciosa que emanaba de sus
rojizos labios—. Hay algo insano en esas putas
marionetas… No sé porqué, pero creo que tienen que ver con acciones muy
siniestras. No son sólo objetos decorativos…
Pensé lo mismo y un
calofrío me recorrió la espalda.
Posteriormente,
motivados por el efecto embriagante del vino —un inesperado y exquisito brebaje—, nos fuimos acercando; y, en ese
ambiente decadente, con luces chillonas y humos de tabaco de dudosa calidad, nos
besamos como si nada más importara.
Acaricié sus caderas
con suavidad, deslizando mis dedos por su minifalda… Pasé mi diestra por sus
piernas, queriendo llegar a tocar su sexo, que ya presentía húmedo…
Estaba mareado,
extasiado, excitado…
Sin embargo, la pasión
fue muy pronto interrumpida.
Escuché, como en un
sueño, el sonido de una flauta desafinada, que provenía desde detrás del bar…
Una melodía que debe haber sido la parodia de algo que hace mucho fue armonioso,
es decir una burla, empezó a llenar el espacio.
Entonces, un gordo,
desnudo y calvo, empezó a caminar hacia el salón de baile, tocando la citada
melodía infernal. Todos hicieron un círculo, y tomaron algún muñeco. Y lo
presentaron al flautista…
Lo que estaba mirando
no me gustaba… Había una complicidad que no entendía, entre los parroquianos.
Y comprendí que Elisa
y yo éramos unos forasteros, unos intrusos, unos necios…
El círculo empezó a
abrirse en una parte, mientras se dirigía... ¡Hacia nosotros!
Tomé la botella de
vino, y la rompí. Mi acompañante, estuvo a la altura de la situación y sacó de
su chaqueta una daga, apuntando a los demás. Estos parecían absortos en la
cacofonía. Daba la impresión que eran mandados por las marionetas, las cuales
empezaron a abrir sus ojos, a pestañear y a ¡hablar!…
Sentí que me iba a
desmayar… Lo que estaba viviendo era imposible, incluso para un lugar como
Valparaíso, o así lo pensé.
Un canto emergió de
las marionetas y sus secuaces humanos:
Ven, ven,
En esta sacrílega noche,
Serás una marioneta más.
¡Ven! ¡Ven!
Ya no hay escape.
Desde algún punto
indómito de mi consciencia, saqué fuerzas y lucidez. No dudé. ¡Debía matar al
flautista!
Me abalancé hacia él,
y le enterré la botella rota en su cara…
La sangre manó,
mientras algunos presentes empezaban a dimensionar lo que estaba sucediendo,
alejándose de mí.
El gordo cayó y todo
se transformó en caos…
Los más osados nos
quisieron atrapar, pero Elisa supo usar su arma y enterrarla en esos vientres ya
infectos. Mientras tanto yo tomaba sillas y las arrojaba a quienes se atrevían
a acercarse.
Golpeé la puerta y
huimos, anhelando llegar pronto a un sector seguro…
A la mañana siguiente,
desperté en la casa de Elisa. Al lado mío se hallaba, durmiendo.
No sé cómo regresamos
ni sé la ubicación precisa de ese rincón fuente de lo malsano, llamado por
nosotros La Casa de las Marionetas.
Tampoco entendí por
qué al lado de Elisa había una marioneta. Y por qué a mi lado, otra.
Lo más abominable, sin
embargo, fue esto: ¡se trataba de réplicas exactas de nosotros!
No supe si despertar de
inmediato a Elisa o esperar un momento, para despejar mis ideas…
(Relato de mi próximo libro "El Umbral de la Matriz y otros relatos porteños de horror cósmico", que saldrá en Septiembre de 2025. Se trata de una antología de cuentos ambientados en Valparaíso, con altos ingredientes sobrenaturales y de espanto)
lunes, mayo 19, 2025
EDICION ANIVERSARIO DEL REY DEL MUNDO (de René Guénon)
Hace exactamente 100 años, René Guénon publicó un artículo titulado 'El Rey del Mundo', el que serviría de base al que para algunos es el texto más revelador y para otros el más polémico y discutible: El Rey del Mundo.
¿Por qué opiniones tan opuestas? Porque aquí el tradicionalista y esoterista
francés (nacionalizado después egipcio), señala y atestigua la existencia de
una Tierra Santa, de la cual surgirían las otras Tierras Santas, las que
estarían subordinadas a aquélla, siendo su Rey/Legislador el mítico Rey del
mundo. Tal centro sería Agarttha, de la cual Saint-Yves d´Alveydre y
Ossendowski, autor este último del maravilloso texto Bestias, Hombres, Dioses,
se refirieron en su momento. Pero hay más: se trataría de un
centro ubicado en Asia, cuyos habitantes moran en el interior del
planeta (a quienes los investigadores del misterio, hoy llaman
“intraterrestres”). Las críticas al libro, se han hecho de parte de quienes ven
sesgos ocultistas (doctrina esta que nuestro autor cuestionaba con dureza),
unida a teorías poco o nada demostrables.
La tesis de Guénon para mí
siempre ha sido motivadora, porque permite entender situaciones espirituales como
la existencia del principal mito súrico: la Ciudad de los Césares, siendo esta
un centro espiritual oculto.
En homenaje al Centenario de esta obra, que influyó en mi primera etapa (dos de
mis primeros artículos tomaron este libro como elemento esencial para hablar de
nuestra Ciudad de los Césares), anuncio la publicación del Rey del Mundo, en
una edición crítica, con profusión de notas, anexos, biografía, etc.
El libro saldrá en
Septiembre, y estará en preventa a sólo $8.000. Posteriormente, se venderá a
$12.000.
La cantidad de misterios
que son tratados en esta obra es impresionante, como el gran conocimiento
metafísico y simbólico de Guénon. Se las recomiendo vivamente.
NOTA:
Interesados en adquirir esta edición: escribir a mi email fritz.sergio@gmail.com
martes, mayo 13, 2025
EL SABAT DE LAS BRUJAS (KELDEN)
EL SABAT DE LAS BRUJAS (fragmento)
(Kelden)
El Sabbat de las
Brujas, tal y como se entiende dentro de la Brujería Tradicional, es una
reunión en el otro mundo de practicantes y espíritus. El Sabbat es un evento
que tiene sus raíces en un cuerpo rico y profundamente complejo de historia y
folclore, relacionados con las brujas y sus compañeras en las artes hechiceras.
Como practicantes modernos, a menudo miramos a esta historia y folclore, para
informar e inspirar nuestro Oficio. Al
hacerlo, descubrimos una plétora de iconografía común en todos los relatos del
Sabbat de las Brujas. Y, tras una inspección más profunda, estos símbolos
revelan poderosas percepciones espirituales. A continuación, encontraremos
algunos de estos motivos sabáticos.
Con el objeto de llegar a sus Sabbats nocturnos, a menudo se decía que las brujas
(las acusadas en la historia y las que se encuentran en el folclore) volaban.
Ya sea encima de una escoba, de una
horca o de algún animal, la bruja volando a través de un cielo oscurecido es
una pieza de iconografía del Sabbat, que ha perdurado durante mucho tiempo. A
menudo era fuente de debate entre las autoridades y los persecutores eruditos
si el poder del vuelo brujo ocurría físicamente o en forma de espíritu. Pero la
naturaleza exacta del vuelo, no importa
en el nivel simbólico, ya que ambas formas (física y espiritual) contienen los
mismos significados centrales. Tanto el vuelo físico como el espiritual,
requieren que la bruja se libere de las restricciones, siendo las primeras las
leyes gravitacionales y las segundas el cuerpo humano. Así, la bruja se despoja
de su espiral mortal para ascender literalmente en sus circunstancias. Se
elevan muy por encima de la tierra y en un reino de libertad y empoderamiento..
Hay muchos lugares citados para el Sabbat de las Brujas dentro del folclore, siendo uno de los más populares las cimas de las montañas. En países como Rusia y Polonia, estos lugares se conocían comúnmente como montañas "peladas", pues no crecía vegetación en su cima. Es fácil ver cómo las cimas de las montañas serían un lugar ideal para el Sabbat, ya que probablemente estarían aisladas y serían fácilmente accesibles por medio del vuelo (conectándose aún más con el simbolismo de elevarse por encima de las circunstancias). Sin embargo, más allá de la privacidad, las cimas de las montañas tenían el beneficio adicional de ser un espacio liminal. Existiendo entre el suelo y el cielo, las montañas tienen la capacidad de actuar como puertas al Otro Mundo. Como el Sabbat de las Brujas en sí mismo, es un evento de otro mundo, el efectuarse en un lugar tan liminal sería algo bastante ventajoso.
Traducción: Sergio Fritz Roa