sábado, junio 14, 2025

PREVENTA de mi ensayo Brujería Chilena, Tomo II.

  Es una gran alegría anunciar la PREVENTA de mi ensayo Brujería Chilena, Tomo II.


🔥Brujeria Chilena tomo II, es la segunda parte de un ensayo que intenta, por primera vez de manera sistemática, tratar la Brujería nacional.


🔥El tomo I comprendió la Historia y la Dogmática; en el II se verá el Bestiario Brujo, con ilustraciones de @sebas_ink87 y las Prácticas.

🔥Si deseas adquirir el tomo II a $9.000 (una vez editado valdrá entre $13.000 a $15.000), escríbeme por interno a mi email
fritz.sergio@gmail.com

🌟Apoya el rescate patrimonial de los saberes ocultos de nuestro pueblo, a la vez que conoce más sobre el pensar mágico de los territorios y su gente 🌟





         (Imagen de portada del tomo I)


LA CASA DE MARIONETAS (Sergio Fritz)

 

LA CASA DE MARIONETAS

 


Desde siempre, supe que Valparaíso no era una ciudad como las otras. Algunos esoteristas la han llamado "el Puerto de los Muertos", mientras excéntricos poetas murmuran que al caer la noche, parece brotar otra urbe desde grietas que ninguna cartografía oficial ha querido registrar. Yo, sin embargo, había decidido ignorar esas habladurías… hasta que Elisa me habló de La Casa de Marionetas…

Ella era algo así como una “follamiga”, una “amiga con ventaja”. Reconozco que siempre estuve enamorado de esa hembra. Ataviada de finos corsés, faldas de cuero negro, medias de rejilla, y una bella melena negra, era imposible ser inmune a sus influjos. Pero, como nunca percibí un interés real de ella hacia mí en el sentido de querer una relación más profunda, aceptaba mi rol sin quejarme de poder acceder no sólo a su amistad, sino tener de vez en cuando ciertos privilegios sexuales…

Pero tanto como su personalidad sensual propia de una auténtica vampiresa, amaba su osadía en la vida. Nadie como ella para adentrarse en los lugares más temibles de Valparaíso y tener aventuras deportivas arriesgadas (“extremas”) en los cerros: lanzarse en caída y a toda velocidad en bicicleta, por las calles empedradas, o hacer parkour en los más altos edificios porteños.

En sus travesías por rincones desconocidos de los cerros de la ciudad, había dado por casualidad con un lugar que llamó La Casa de las Marionetas. Se trataba de un antro nocturno e ilegal, de baja calaña, aunque de gran interés para personas de gustos exótico como nosotros. Allí se reunían prostitutas, delincuentes, poetas desquiciados, payasos callejeros y ancianos con miradas perversas.  Aunque tal vez esto no era inusual en Valparaíso, lo que lo hacía realmente atractivo era el hecho que parecían pertenecer todos a un culto o secta… ¿Por qué Elisa lo creía? No estaba segura, pero vio ciertos particulares gestos y formas de saludarse (como los que tienen los masones), que la llevaron a esa conclusión. Ello, sumado al existir muchas marionetas en distintas partes de la Casa, a la que los habituales parecían venerar…

Quería que buscásemos el lugar e intentásemos averiguar más. Y yo, obediente —¿acaso alguien podía desobedecerla?—, no lo dudé.

Anochecía, cuando impulsados por una voluntad demoniaca, caminamos siguiendo los vagos recuerdos de Elisa. Las calles del puerto se retorcían como nervios vivos bajo la niebla. Los postes de luz se presentaban como si fueran huesos más que madera u  hormigón. Y las casas, parecían contemplarnos con ojos que no eran ventanas…

Todo era un cuadro sugerente de larvas mentales y espantos.

Mi memoria retiene haber cruzado el Cerro Toro, uno de los más peligrosos del puerto, llegando a uno o dos cerros más arriba.

Por suerte, éramos conocidos en el primero, lo que nos facultó entrar sin mayor inconveniente. Como cortesía o “peaje”, obsequiamos unos gramos de droga a unos tipos de mirada ansiosa y con armas de fuego, que ya habíamos visto en otras ocasiones.

Y luego, mi memoria se hace borrosa en cuanto a los lugares que pasamos. Todo devino como un carrusel pesadillesco…  

Sólo vi una luz rojiza al final de un pasaje y supe que era allí.

Una vez dentro, nos sentamos frente a una mesa, siendo atendidos muy pronto por un tipo jorobado y de labios leporinos. Era, por supuesto, el garzón.

Qué. Qué… Qué van… Qué van a querer…sí, que van a… ¿a querer, ustedes? dijo, demostrando que además era tartamudo—.

Pedimos el vino de casa, mientras observábamos la grotesca reunión de personajes presentes. Un poco más allá de nosotros, una mujerzuela mostraba sus inmensos senos a un anciano borracho y colorín, en otra mesa dos inmensos y rudos hombres jugaban a los naipes, cerca de la puerta un trabajador portuario de cara cortada fumaba su pipa, mientras algunas personas bailaban o hacían algo que con mucha generosidad podríamos llamar baile…

Entonces, vi las marionetas…

Estaban desperdigadas en diferentes puntos del local. En las ventanas, al lado de los licores, cerca de una lámpara… Eran como otros participantes. ¡Sí! Las percibí no como meros juguetes u objetos artísticos, sino como seres vivos… O como recipientes de almas…

Elisa me miró. Se había dado cuenta de mi descubrimiento.

¿Sabes?me dijo, con esa voz deliciosa que emanaba de sus rojizos labios—.  Hay algo insano en esas putas marionetas… No sé porqué, pero creo que tienen que ver con acciones muy siniestras. No son sólo objetos decorativos…

Pensé lo mismo y un calofrío me recorrió la espalda.

Posteriormente, motivados por el efecto embriagante del vino un inesperado y exquisito brebaje, nos fuimos acercando; y, en ese ambiente decadente, con luces chillonas y humos de tabaco de dudosa calidad, nos besamos como si nada más importara.

Acaricié sus caderas con suavidad, deslizando mis dedos por su minifalda… Pasé mi diestra por sus piernas, queriendo llegar a tocar su sexo, que ya presentía húmedo…

Estaba mareado, extasiado, excitado…

Sin embargo, la pasión fue muy pronto interrumpida.

Escuché, como en un sueño, el sonido de una flauta desafinada, que provenía desde detrás del bar… Una melodía que debe haber sido la parodia de algo que hace mucho fue armonioso, es decir una burla, empezó a llenar el espacio.

Entonces, un gordo, desnudo y calvo, empezó a caminar hacia el salón de baile, tocando la citada melodía infernal. Todos hicieron un círculo, y tomaron algún muñeco. Y lo presentaron al flautista…

Lo que estaba mirando no me gustaba… Había una complicidad que no entendía, entre los parroquianos.

Y comprendí que Elisa y yo éramos unos forasteros, unos intrusos, unos necios…

El círculo empezó a abrirse en una parte, mientras se dirigía... ¡Hacia nosotros!

Tomé la botella de vino, y la rompí. Mi acompañante, estuvo a la altura de la situación y sacó de su chaqueta una daga, apuntando a los demás. Estos parecían absortos en la cacofonía. Daba la impresión que eran mandados por las marionetas, las cuales empezaron a abrir sus ojos, a pestañear y a ¡hablar!…

Sentí que me iba a desmayar… Lo que estaba viviendo era imposible, incluso para un lugar como Valparaíso, o así lo pensé.

Un canto emergió de las marionetas y sus secuaces humanos:

 

Ven, ven,

En esta sacrílega noche,

Serás una marioneta más.

¡Ven! ¡Ven!

Ya no hay escape.

 

Desde algún punto indómito de mi consciencia, saqué fuerzas y lucidez. No dudé. ¡Debía matar al flautista!

Me abalancé hacia él, y le enterré la botella rota en su cara…

La sangre manó, mientras algunos presentes empezaban a dimensionar lo que estaba sucediendo, alejándose de mí.

El gordo cayó y todo se transformó en caos…

Los más osados nos quisieron atrapar, pero Elisa supo usar su arma y enterrarla en esos vientres ya infectos. Mientras tanto yo tomaba sillas y las arrojaba a quienes se atrevían a acercarse.

Golpeé la puerta y huimos, anhelando llegar pronto a un sector seguro…

A la mañana siguiente, desperté en la casa de Elisa. Al lado mío se hallaba, durmiendo.

No sé cómo regresamos ni sé la ubicación precisa de ese rincón fuente de lo malsano, llamado por nosotros La Casa de las Marionetas.

Tampoco entendí por qué al lado de Elisa había una marioneta. Y por qué a mi lado, otra.

Lo más abominable, sin embargo, fue esto: ¡se trataba de réplicas exactas de nosotros!

No supe si despertar de inmediato a Elisa o esperar un momento, para despejar mis ideas…


(Relato de mi próximo libro "El Umbral de la Matriz y otros relatos porteños de horror cósmico", que saldrá en Septiembre de 2025. Se trata de una antología de cuentos ambientados en Valparaíso, con altos ingredientes sobrenaturales y de espanto)

lunes, mayo 19, 2025

EDICION ANIVERSARIO DEL REY DEL MUNDO (de René Guénon)

 




Hace exactamente 100 años,  René Guénon publicó un artículo titulado 'El Rey del Mundo', el  que serviría de base al que para algunos es el texto más revelador y para otros el más polémico y discutible: El Rey del Mundo.


¿Por qué opiniones tan opuestas? Porque aquí el tradicionalista y esoterista francés (nacionalizado después egipcio), señala y atestigua la existencia de una Tierra Santa, de la cual surgirían las otras Tierras Santas, las que estarían subordinadas a aquélla, siendo su Rey/Legislador el mítico Rey del mundo. Tal centro sería Agarttha, de la cual Saint-Yves d´Alveydre y Ossendowski, autor este último del maravilloso texto Bestias, Hombres, Dioses, se refirieron en su momento. Pero hay más: se trataría de un centro  ubicado en Asia, cuyos habitantes moran en el interior del planeta (a quienes los investigadores del misterio, hoy llaman “intraterrestres”). Las críticas al libro, se han hecho de parte de quienes ven sesgos ocultistas (doctrina esta que nuestro autor cuestionaba con dureza), unida a teorías poco o nada demostrables.

La tesis de Guénon para mí siempre ha sido motivadora, porque permite entender situaciones espirituales como la existencia del principal mito súrico: la Ciudad de los Césares, siendo esta un centro espiritual oculto.


En homenaje al Centenario de esta obra, que influyó en mi primera etapa (dos de mis primeros artículos tomaron este libro como elemento esencial para hablar de nuestra Ciudad de los Césares), anuncio la publicación del Rey del Mundo, en una edición crítica, con profusión de notas, anexos, biografía, etc.

El libro saldrá en Septiembre, y estará en preventa a sólo $8.000. Posteriormente, se venderá a $12.000.

La cantidad de misterios que son tratados en esta obra es impresionante, como el gran conocimiento metafísico y simbólico de Guénon. Se las recomiendo vivamente.


NOTA: 

Interesados en adquirir esta edición: Escribir a mi email fritz.sergio@gmail.com

 

 

martes, mayo 13, 2025

EL SABAT DE LAS BRUJAS (KELDEN)

 EL SABAT DE LAS BRUJAS (fragmento)

(Kelden)





El Sabbat de las Brujas, tal y como se entiende dentro de la Brujería Tradicional, es una reunión en el otro mundo de practicantes y espíritus. El Sabbat es un evento que tiene sus raíces en un cuerpo rico y profundamente complejo de historia y folclore, relacionados con las brujas y sus compañeras en las artes hechiceras. Como practicantes modernos, a menudo miramos a esta historia y folclore, para informar e inspirar nuestro Oficio.  Al hacerlo, descubrimos una plétora de iconografía común en todos los relatos del Sabbat de las Brujas. Y, tras una inspección más profunda, estos símbolos revelan poderosas percepciones espirituales. A continuación, encontraremos algunos de estos motivos sabáticos.


Con el objeto de llegar a sus Sabbats nocturnos, a menudo se decía que las brujas (las acusadas en la historia y las que se encuentran en el folclore) volaban. Ya sea encima de  una escoba, de una horca o de algún animal, la bruja volando a través de un cielo oscurecido es una pieza de iconografía del Sabbat, que ha perdurado durante mucho tiempo. A menudo era fuente de debate entre las autoridades y los persecutores eruditos si el poder del vuelo brujo ocurría físicamente o en forma de espíritu. Pero la naturaleza exacta del vuelo,  no importa en el nivel simbólico, ya que ambas formas (física y espiritual) contienen los mismos significados centrales. Tanto el vuelo físico como el espiritual, requieren que la bruja se libere de las restricciones, siendo las primeras las leyes gravitacionales y las segundas el cuerpo humano. Así, la bruja se despoja de su espiral mortal para ascender literalmente en sus circunstancias. Se elevan muy por encima de la tierra y en un reino de libertad y empoderamiento..

Hay muchos lugares citados para el Sabbat de las Brujas dentro del folclore, siendo uno de los más populares las cimas de las montañas. En países como Rusia y Polonia, estos lugares se conocían comúnmente como montañas "peladas", pues  no crecía vegetación en su cima. Es fácil ver cómo las cimas de las montañas serían un lugar ideal para el Sabbat, ya que probablemente estarían aisladas y serían fácilmente accesibles por medio del vuelo (conectándose aún más con el simbolismo de elevarse por encima de las circunstancias). Sin embargo, más allá de la privacidad, las cimas de las montañas tenían el beneficio adicional de ser un espacio liminal. Existiendo entre el suelo y el cielo, las montañas tienen la capacidad de actuar como puertas al Otro Mundo. Como el Sabbat de las Brujas en sí mismo, es un evento de otro mundo, el efectuarse en un lugar tan liminal sería algo bastante ventajoso.

Traducción: Sergio Fritz Roa