| Escrito por Hackenberg para www.mediapinta.cl | 
| Domingo, 22 de Agosto de 2010 17:06  | 
|   Hay  ciertos ámbitos del campo del conocimiento que, en el mejor de los  casos, se nos olvidan, y que en el peor simplemente no tenemos noticia  de ellos. Sergio Fritz Roa acumula, investiga y divulga una amplia gama  de este tipo de material. Uno que se nos queda en el tintero, ya sea por  calificarlo idiotamente de anacrónico, o por sencilla, pero no por eso  menos culpable, ignorancia. 
Le  conocí de adolescente, buscando mayor información sobre Howard Phillips  Lovecraft. Hace un año, quizás, encontré varios de sus sitios web,  todos sobre temas en los cuales mi ignorancia es aterradora, pero me  tranquilicé pensando que, en general, nadie domina ni de lejos un ápice  de geografía sacra, sufismo, alquimia o hermetismo.
El verano  pasado le reconocí en una feria del libro. En su stand reconocí una obra  de Hugo Correa, muy cara en ese momento. Me lo vuelvo a topar en  www.lun.cl, respecto a la adaptación cinematográfica de «En las Montañas  de la Locura».  Mediapinta ahora le contacta para que diluya el velo.
Fritz  se mueve por territorios extraños, dentro de los cuales es un  investigador exhaustivo. Ha sido invitado a congresos en Argentina; su  novela «El Jardín de  Trincheras» fue publicada en Italia, además de diversos artículos en el  mismo país. Mantiene hace muchos años en la red la revista “Bajo los  hielos”, y nunca ha dejado de moverse ni de meter las narices en temas  que parecen extraños y lejanos pero que, a la luz de sus respuestas, se  muestran como fundantes de todo un orden que implica el mundo en que  vivimos.
En los años en que lo conocí, Fritz regentaba la Liga  Lovecraftiana Chilena. Ignoro si aún se mantendrá un club de esas  características. Creo que hasta sería necesario un grupo anónimo que  realizara rituales a la luz de la luna, en la ribera del río Mapocho,  invocando a Yog-Sothoth. Pero las tendencias, ya se sabe, van por otros  lados: vampiritos que no chupan cuellos, sino vergas. Entre otros  adefesios.  ¿Cómo llegas a la literatura fantástica? ¿Cuáles fueron tus primeras lecturas en ese ámbito?  
Hasta  los quince años no leía casi nada  de literatura. Sí leía, pero otro tipo de temáticas, especialmente  religiones comparadas y mitología. Fue a través de un monográfico sobre  el temible "Necronomicon", que editó en los años ‘80 la revista española  “Mundo Desconocido”, cuando supe de Lovecraft, quien me acercaría  definitivamente a la literatura general y especialmente fantástica. De  inmediato vi en Lovecraft algo más que mero divertimento. Por primera  vez supe que los relatos y novelas podían contener mucho más que simple  invención. Y así, por ejemplo, pude percibir que los mitos y símbolos  que hallamos en el mundo antiguo persisten de alguna manera sutil en la  literatura, especialmente en la ficción fantástica.
Al  leer a Lovecraft -verdadera revelación- me interesé por el llamado  “Círculo”, es decir sus amigos  escritores, donde hallamos a algunos verdaderamente notables, como  Clark Ashton Smith -autor de relatos exóticos y de horror puro-, Robert  E. Howard -el creador de Conan, entre otros personajes no menos  interesantes-, Henry Kuttner y Robert Bloch, amantes tanto de la ciencia  ficción como del horror. También supe de los maestros y antecesores de  H.P. Lovecraft. Ya había leído algún relato suelto de Poe, pero sólo  ahora podía internarme con mayor afán en su mundo cargado de psiquismo,  conflictos internos y presencias sutiles. También conocí a Arthur  Machen, uno de mis favoritos, cultor de lo numinoso, que es precisamente  la sustancia de los mejores relatos de Lovecraft; Lord Dunsany, con su  onirismo extraterreno; William Hope Hodgson, con sus miedos marinos, y  así otros muchos.
También me interesan los argentinos Borges,  Lugones y Marechal, quienes también deben considerarse autores  fantásticos. En Chile, aún cuando es literatura  más bien esotérica, rescato a Miguel Serrano, quien logra en libros  como "Elella", "Nos: el libro de la resurrección", y "Quien Llama en los  Hielos" un ambiente similar a lo mejor de la fantasía literaria.  También me interesan Hugo Correa, Sergio Meier, Boris Calderón, Héctor  Barreto, y otros menos conocidos. Profesas una  preferencia por Lovecraft, has incentivado de distintas maneras su  lectura, ¿qué te provoca su obra, su figura como persona, sus tópicos de  escritura?  Me  interesa Lovecraft por muchas razones. La primera, por ser un testigo  cualificado de lo que vio. Fue una persona que vivió un periodo difícil  de la historia de su país. Un momento decisivo, en que la inmigración a  los Estados Unidos se hace masiva, en que las guerras mundiales azotan  los pueblos, en que la ciudad se  transforma en desmedro de los pueblos serenos de antaño; surge el verso  libre, el cine. Lovecraft fue un testigo de todo esto, y aunque le  causaba horror lo que veía, era muy sincero en decirlo. Su crítica a la  modernidad es única. A diferencia de Oswald Spengler, u otros teóricos  de la decadencia, Lovecraft ataca a lo moderno desde un punto de vista  estético, pero total. El mundo moderno es abominable porque es… feo. Es  decir su música, su arquitectura, su literatura, su organización social,  etcétera, carecen de armonía; sólo persiguen el mero utilitarismo.
Una segunda razón radica en su capacidad de crear mundos. En ello sólo Tolkien es comparable.
Una  tercera es el hecho de que une el pasado y el futuro. La magia y la  ciencia. Es “retrofuturista”, o “arqueofuturista”. En ello es innovador.  Qué mejor prueba de ello es el relato “Los sueños en la casa de la  Bruja”, donde se mezcla magia con dimensiones no  euclidianas; conjuros y matemáticas.
Pero, tanto o más  importante que las anteriores, es su uso de símbolos en la literatura.  Aunque Lovecraft era inconsciente de ello, él estaba reviviendo miedos  antiguos, utilizando símbolos poderosísimos que están en todas las  tradiciones espirituales (el viaje iniciático, la caverna, el laberinto,  las ciudades sacras), elaborando así un neo-gnosticismo.  La  poesía romántica anhela un pasado que mistifica a niveles sublimes,  como lo que hace regularmente Hölderlin. ¿Cuánto han influido tales  lecturas en el camino investigativo que has tomado?  
De  alguna manera, mientras no encontramos nuestra esencia, somos un  proyecto. En mi caso, con el avanzar del tiempo me doy cuenta de que hay  mucho de espíritu romántico en mí. La lucha entre el Ideal y lo  cotidiano me marca. Pero evito que ello sea mera huída. Sé que estamos  aquí por algo. Algo más que el simple  hacer. Estamos para el ser. Y ello implica una guerra  sin cuartel con la ignorancia que vivimos. El error de los románticos  es que sólo ven una parte de la realidad.  La  Metafísica —como concepto de cátedra y de la historia de la filosofía—  surge como invento de Andrónico de Rodas, bibliotecario de Alejandría,  quien, no teniendo título para una serie de manuscritos de Aristóteles,  les bautizó “Metafísica”, por que iban luego de los libros de la Física.  ¿A qué te refieres tú con ese concepto?  La  metafísica de la cual hablo es la que  han definido personas como René Guénon y Frithjof Schuon, estudiosos de  la llamada “escuela tradicional”. Es decir, de aquel conocimiento  intuitivo que se refiere a la diferenciación entre Ser y No-Ser. Su  principal manifestación es la doctrina de la Unidad, respecto a la cual  he escrito un artículo que puede servir de introducción, a pesar de que  se refiera al Zoroastrismo, una de las religiones más antiguas que aún  perduran. Hay un conocimiento relativo al orden cósmico (cosmología),  otro al hombre (antropología), y uno a la Realidad Suprema (metafísica).  
América secreta y Santiago oculto.  Sergio  Fritz recuerda a algún atormentado investigador de las historias de  Lovecraft. Uno de aquellos ratones de biblioteca que resisten al horror  sólo para poder contarlo, y que han sido llevados hasta ese trance por  su obsesiva curiosidad. Fritz ha estudiado la geografía de un modo  distinto; fue tras la  Ciudad de los Césares, conoce una faceta secreta de Santiago, ha  comprendido al Islam desde otro ángulo, y siempre sale con algo entre  manos. O por lo menos con algo que explicar:  
Si uno ve  el mundo como algo sagrado -tal como debiéramos verlo, no desde una  visión materialista-, entendemos que hay lugares que poseen una función  espiritual precisa, que los ubican en un rol preferencial respecto a  otras zonas. Por ejemplo Roma, para los cristianos, o Mekka, para los  musulmanes, o el Ganges, para los hinduistas. Cada comunidad tiene sus  centros. Y así como los hay primarios, otros son secundarios, de menor  importancia. Muchos de los centros espirituales fundamentales se han ido  haciendo más esquivos. Por ejemplo, Aghartta. O en Sudamérica,  la mítica Ciudad de los Césares. Ello obedece al oscurantismo del plano  espiritual en que vivimos. Por algo sólo los puros -un Parsifal, por  ejemplo- pueden acceder a ellos. La  geografía sacra estudia dichas temáticas para reconducir al hombre a su  comunión con el paisaje.  Causó cierta efervescencia tu  descubrimiento de los mapas líticos en donde se representa América.  Explícanos qué son estos mapas, cómo se han conservado, y sobre todo  quiénes los habrían construido.  
Cuando uno empieza  cierta búsqueda, las cosas también se nos acercan. Es decir, se genera  una especie de atracción recíproca. Así me ocurrió con dichos objetos  líticos. Voy a ser muy franco acerca de esto. No quiero que se genere  una idea errada. Lo primero: no puedo asegurar que se trate de mapas  líticos. Siempre he hablado de “posibles mapas líticos”, acentuando lo  de posibles. Ciertamente sería una coincidencia única que todos hayan  sido hallados en el mismo lugar (en un fundo cercano al monte Mocoén, al  norte de la ciudad de Los Andes). Pero tampoco puedo afirmar que son  creaciones humanas. De ser esto  último, habría que revisar varios dogmas de la arqueología e  historiografía americana. Los antiguos pueblos andinos no serían tan  simples como ambas ciencias los suponen. Pues, ¿cómo podrían haber  obtenido el conocimiento para trazar mapas de un continente?
Pero  más allá del debate acerca de si son o no elaboraciones humanas, el  hecho es que están allí, mostrando los contornos de América. De todas  formas, no es la primera vez que se encontrarían, aunque con ciertas  características diferentes. De ser realmente confecciones humanas los  dibujos de las piedras de Ica del doctor Cabrera y el mapa pétreo de mi  compatriota Videla, habría otros casos de interés.
Posiblemente  más importante que estos posibles mapas líticos sea mi descubrimiento de  megalitos en El Quisco. Esto no admite duda y ayuda a replantear la  historia de los pueblos costeros. Además permite barajar la posibilidad  de presencia inka, pascuense u otra, en la  costa chilena central. Afirmas con seguridad que un  sitio mítico, como la Ciudad de los Césares, en efecto existe. ¿Tu  postura responde a una seguridad empírica o a una deducción intelectual?  
Sí,  en esto soy categórico. No me cabe la menor duda al respecto. Hay  suficientes relatos que aseveran lo anterior. Además no creo que  jesuitas como el Padre Mascardi, quien era un gran estudioso, políglota y  excelente explorador, se hayan dejado embaucar por meras fantasías.  Tampoco el arqueólogo Francisco Fonck, quien, dentro de los más  conocidos, sería uno de los últimos buscadores. Él dio una clave al  decir que la búsqueda del Grial en Europa tenía su correlato  sudamericano en la Ciudad de los Césares. Y yo agregaría algo: El  destino de América tiene que ver con esto.
Los mitos son  realidades concretas, en el sentido dado por los que lo viven, como lo  entendió uno de los pilares de las religiones  comparadas, el rumano Mircea Eliade. Realidades que hacen participar a  los hombres de un estadio superior, por cuanto lo conectan con una  fuerza no humana.
Yo también he buscado la Ciudad. Y he sentido  la presencia de sus seres. Para mí esto es suficiente. Algo de ello está  en mi novela "El jardín de trincheras".  Como muy bien  mencionas en varios artículos, siempre ha existido la conciencia de  ciertos lugares ocultos, dotados de un sentido transcendental, o  contenedor de ese sentido. Histórica o legendariamente, ¿de dónde viene  tal certeza, tan comúnmente aceptada pero rechazada de plano, cuando se  la intenta sacar a flote?  Efectivamente, esto no es  nuevo y es común a las sociedades tradicionales -tradicional en un  sentido guenoniano. Es un mito. Pero reitero que mito en tanto  idea-fuerza que nos comunica con un aspecto de lo Trascendente, no como  mito-mentira. Al ser mito, es algo que está más allá del  tiempo. Estos lugares normalmente están en cuevas o en cerros  inaccesibles. Ello es una forma de protección. Quien tiene el corazón  puro, no obstante, siempre podrá penetrarlos.  Desde que  leí la novela de Lovecraft "En las montañas de la locura", hace ya  varios años, cada vez que sé de alguna noticia relacionada con la  Antártica me dan escalofríos. Me da la impresión de que hay ciertos  lugares que no deberían ser hollados por pie humano, so pena de  descubrir cuestiones que no por nada se han mantenido ocultas. Esto  imprime una función corruptora a la humanidad, en el concierto  universal. ¿Qué piensas al respecto?  
Lovecraft tuvo  intuiciones impresionantes. A través de los sueños viajaba a lugares a  los que nunca fue en el plano físico. Su descripción de la Antártica es  tan vívida que un explorador no podría haberlo hecho mejor. ¿Cómo pudo  intuir la presencia de algo oculto, pero pernicioso allí? No  es suficiente su lectura del "Arthur Gordon Pym", de Edgar Poe. Estoy  seguro de que supo algo más.
En  general, la Antártica es el centro sexual del mundo. Así se lo dice a  Miguel Serrano, otro iniciado en el Mito Polar, su maestro. Y creo que  efectivamente es así. Al ser el centro sexual de la Tierra, resulta un  cúmulo de energías que, como la serpiente Kundalini de la Yoga, puede  desatar terribles consecuencias sino son bien empleadas.
El centro intelectual de la Tierra estaría ubicado en el norte, y correspondería a la Hyperborea  mencionada los griegos. Pero hoy está oculto, posiblemente sumergido en  casi su totalidad. Con el pronto desplazamiento de los polos, la  función espiritual de “cabeza del mundo” debiera radicar en la región  antártica. Por ello es que Chile y Argentina tienen un  valor inmenso en lo que será la construcción de una nueva humanidad. No  por nada se dice que las energías de los antiguos centros ubicados en  los Himalaya se han desplazado a Los Andes.  A pesar de  que sus investigaciones lo encumbran muy alto, Fritz ha puesto los pies  muy bien en tierra, en Santiago de la Nueva Extremadura. La ha recorrido  poniendo los ojos donde nadie más, haciendo descubrimientos  significantes de un saber arcano y siempre soslayado, pero que se  muestra claramente al ojo entrenado.
Santiago es  una ciudad asombrosa desde muchos ángulos. Tú has iniciado una serie de  recorridos tras ciertas pistas de su origen hermético. Cuéntanos acerca  de tus hallazgos y sus significados.  
Efectivamente. Es  bueno escucharte. Muchos santiaguinos suelen decir que esta ciudad es  horrible. Pero tras el Santiago de ruido, Transantiago y malls, existe  una ciudad maravillosa, que esconde secretos. 
De mis investigaciones he podido constatar la presencia del  Hermetismo en casas como la del grupo artístico “Los Diez”, ubicada en  calle Santa Rosa, a pocas cuadras de la Alameda Bernardo O’Higgins, y en  la “Casa Edwards Matte”, que hoy es parte de la Universidad Alberto  Hurtado. Fue precisamente esta importante Universidad la que me contrató  para realizar un estudio simbólico sobre dicho inmueble. Ya desde  afuera pude apreciar elementos simbólicos alquímicos y masónicos; pero  una vez que tuve permiso para revisar todas las dependencias de dicho  edificio, mi sorpresa fue inmensa. No se trataba de simples objetos  aislados, sino de un plan con sentido hermético impresionante. Ismael  Edwards Matte era lo que los alquimistas llaman un “adepto”, es decir,  un poseedor de las llaves del conocimiento hermético. Así lo demuestra  su construcción, en la que participó además el misterioso arquitecto  Federico Bieregel. Fruto de este  trabajo fue un texto que entregué a la universidad mencionada, junto a  muchas fotografías. Espero pronto escribir sobre dicha casa en un libro  que debiera titularse algo así como “Alquimistas y Hermetistas en  Santiago de Chile”.
Otro descubrimiento importante me parece la existencia de un culto al “Green Man”,  el hombre verde de la tradición céltica y medieval. Ello se encuentra  en la arquitectura de varios edificios antiguos de la capital. Se trata  de un “dios” de la naturaleza, el principio de germinación.
Durante  quince años he ido recopilando material al respecto. Tengo ya dos  carpetas con notas, fotografías, recortes de diarios, etcétera. Es parte  de un trabajo acerca de la historia de la alquimia y el simbolismo  hermético en nuestra patria, pero que espero extender a países como  Argentina, Uruguay y Perú, donde estos saberes también poseen una  presencia que aún no se estudia. Sigamos  en éste territorio. Cuéntame de la visita de Alfred Paraf a Chile a  principios del siglo pasado, y de sus intentos por convencer a la clase  dirigente de su capacidad alquímica.  Paraf  era un químico alsaciano muy peculiar. En Estados Unidos fue el primero  en producir la margarina, pero pronto allá tuvo problemas con la ley.  Luego vino a Chile, donde existió una gran expectativa inicial, y luego  una serie de acusaciones de fraude que lo llevarán a emigrar a Perú,  donde morirá. Se pretendía conocedor de una fórmula que podía transmutar  la escoria en oro a través de ciertos procesos industriales. Lo  novedoso del caso es que en Chile logró captar el interés de gente  relacionada con la mineralogía, personalidades cultas y relacionadas con  el poder. Paraf ofreció su método al gobierno de la época,  e incluso les entregó oro obtenido por sus procedimientos. La historia  suele decir que era un timador sin más. Pero hay ciertos hechos que  quedan sin respuesta. Por ejemplo, ¿cómo se explica que gente  relacionada con la mineralogía, y que presenciaron la transmutación,  hayan aseverado que lo producido en el laboratorio, a través del método  Paraf, fue efectivamente oro? ¿O que el alsaciano haya solicitado a  expertos químicos un peritaje de su procedimiento, sin que su solicitud  haya sido aprobada por los científicos?
Esto de la producción de  oro por métodos alquímicos, o más precisamente arquímicos (Fritz  insiste en la diferencia de estas ciencias que hace un tal Fulcanelli en  "Las Moradas Filosofales"), y presentada a la publicidad, es similar a  lo que ocurrirá un tiempo después en Francia con Alphonse Jobert, otro  químico misterioso, de quien algunos creen que podría ser el legendario  Fulcanelli, el cual desaparece también  de la historia, como si la tierra se lo hubiese tragado. De Paraf en  Perú no sabemos nada, salvo que murió en la pobreza. Introducción a Oriente para meros occidentales.
Pareciera  existir una intención unificadora en las distintas fuentes mitológicas  de las que te nutres. Me refiero a un nudo en el cual todas ellas se  cruzan. Esa es la sensación con la que quedo luego de revisar tus  artículos, ¿me podrías explicar esos puntos centrales donde convergen  tus investigaciones y textos?  
Sí, aunque tal vez  pareciera muy disímil interesarse por un autor conocido como maestro de  horror, cual es Lovecraft, y a la vez por la alquimia, el sufismo, la  geografía sacra, etcétera. Hay una búsqueda común en todo ello. Y dice  relación con el desciframiento de ciertas verdades “ocultas”, a las  cuales se puede acceder sólo con la gnosis.
En general hay dos  centros de interés. La  literatura fantástica (especialmente Lovecraft, Machen, Blackwood,  Dunsany, Ashton Smith) y el esoterismo puro. Digo puro porque en la  literatura fantástica, como en otras áreas, es admisible una  interpretación esotérica; pero aquí me refiero al esoterismo como vía en  sí, no como hermenéutica. Dichos caminos convergen en algún punto. La  literatura por la literatura para mí no es suficiente. Tiene que poseer  un contenido que me diga algo más.  Un lector apurado  podría pensar que tus textos versan sobre temas marcadamente  anacrónicos, como por ejemplo la alquimia. ¿Qué opinas?  
No  me interesa lo anacrónico, sino lo que se alimenta de una sustancia  eterna. Por cierto, tal saber se difundía de manera más clara en tiempos  pasados, cuando había un orden que velaba por lo espiritual y no por el  individualismo o el materialismo actuales. Pero, de alguna forma, la  Luz busca una manera para permanecer. La misma  alquimia, por ejemplo, si bien es cierto tuvo su auge en Occidente  durante la Edad Media y el inicio del Renacimiento, aún goza de buena  salud, y los amantes del Arte Real existen por todas partes, incluso en  Chile, donde intento difundir esta ciencia sagrada. Respecto a nuestro  país, una de mis labores consiste en rastrear la presencia hermética en  sus personajes, sus símbolos, sus monumentos; para sorpresa de muchos he  podido establecer, aunque de manera esquemática y no definitiva,  algunos hitos de lo que podría ser una “Historia de la Alquimia en  Chile”.
La alquimia, al ser la ciencia de la transmutación del  sí, no tiene tiempo. Mientras existan hombres en la Tierra, habrá seres  que deseen obtener una depuración y una transformación.  Por favor, aterrízanos el sufismo. Explícanoslo como si fuéramos lo que somos: Occidentales.  
El sufismo, o tasawwuf, es el esoterismo islámico, es  decir, la esencia misma del Islam. Su equivalente podría ser la kabbalah,  en el judaísmo, y el rosacrucismo auténtico, en el cristianismo. En  general es una profundización de las enseñanzas islámicas, que atiende  más al espíritu que a la letra. Otra definición del sufismo podría ser  aquella senda que busca limpiar las asperezas del yo (ego) para así  poder amar directamente a Dios. El sufismo es ante todo una senda, un  camino. Se manifiesta en órdenes o cofradías (denominadas turuq), donde hay un sabio o guía (shaykh) que da instrucciones espirituales a los miembros del grupo, como por ejemplo una recitación especial. El método común es el dikhr, que se hace normalmente a través de repetición de palabras o de frases sagradas.  El  Islam, de manera generalizada, se ha convertido en una amenaza pública.  Como antes lo fueron los rusos, o cualquiera que fuese el “enemigo” de  turno de  EE.UU. ¿Qué opinas de tal manipulación e ignorancia?  
Es  lamentable, por cierto. Decir o mostrar al  Islam como sinónimo de  terrorismo es gravísimo. No se puede culpar al Islam de la estupidez de  algunos musulmanes, como tampoco se puede enjuiciar al cristianismo por  la pedofilia de algunos sacerdotes. El fanatismo, por lo demás, está no  sólo en musulmanes, sino también en cristianos, hinduistas, ateos,  etcétera. Está en la política, en la TV, en el fútbol…
Hay  muchas pruebas que indican que el Islam no se trata de una religión  violenta o de ignorancia. Por el contrario, detuvo prácticas monstruosas  como la esclavitud, o el matar a las hijas sólo por ser mujeres. El  Islam contiene una enseñanza de respeto a los cristianos, judíos, sabeos  y en general a los monoteístas. Pero ello  puede ampliarse a las otras comunidades y también a los no creyentes.  El mismo Qur´an (Corán) dice que no puede haber coacción en  materia de religión; y también que si uno llama al Islam y no hay  respuesta, se debe dejar a la persona; es decir, no violentarla.  Obviamente no todos los musulmanes han cumplido estas prescripciones. Y  el Islam se debate hoy entre uno puritano e intolerante (wahabí), y uno pacífico y mayoritario, el cual, de no transformarse en algo light, puede brindar mucha riqueza espiritual.
El  Islam es la religión que más crece, porcentualmente hablando, y creo  que esa es una razón suficiente para que algunos deseen atacarla. El  Islam prohíbe la usura, y el capitalismo es un sistema económico basado  en el interés usurero.  En un contexto de apertura mental  y de búsqueda espiritual, ¿cómo evalúas el uso de psicotrópicos que  faciliten tales estados? ¿Son una suerte de  simples atajos químicos que le quitan peso al resultado?  
No  soy quién para hablar de ese tema. Sólo puedo decir que la sabiduría  ancestral permitía cierto uso de sustancias alucinógenas. Pero ello en  ritos, y con la presencia de un maestro. Hoy, ¿se lo hace con el mismo  fin y medio?  Y me quedo pensando que me gustaría compartir una estampilla de LSD con este tipo y vislumbrar la lejana Kadath, o la hundida R’lyeh,  aminorar el paso del tiempo, redescubrir el mundo, convertir el oro en  aire; buscar las certezas donde todos afirman que no hay más que añejos  cuentos... FUENTE:
http://www.mediapinta.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=204:entrevista-a-sergio-fritz-roa&catid=58:sergio-fritz-roz
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lunes, agosto 23, 2010
ENTREVISTA A SERGIO FRITZ EN MEDIAPINTA.CL
viernes, agosto 06, 2010
LOVECRAFT Y EL CINE (REPORTAJE A SERGIO FRITZ)
"Lovecraft no hubiese ido al cine a ver una película de su libro"
“Aunque sus amigos se lo sugerían, él estaba escéptico y creía que se trataba de un arte menor. Quizás por la idea de se trataba de algo masivo, mientras que él siempre se sintió un aristócrata”, asegura Fritz, también presidente de la Liga Lovecraftiana local.
-O sea, que no iba al cine.
-Claro. Probablemente no hubiese ido al cine, aunque se tratara de una película de su obra.
También escritor e investigador de la universidad de Miskatonic, Fritz se ha dedicado a estudiar la obra del autor de Providence, quien murió en 1937 sin el reconocimiento merecido para sus aterradores escritos en que el ser humano es un juguete de ancestrales fuerzas.
-¿Qué le parece Cameron?
-No sé mucho de cine, pero vi “Avatar” y encontré que tenía muy buenos efectos especiales. Quizás pueda hacer cosas más interesantes.
-No lo noto convencido… ¿qué director era el ideal?
-Me hubiese gustado que fuera John Carpenter, porque en la película “La niebla” (1980), donde logra desarrollar un terror sicológico de la pequeñez humana frente al cosmos hostil. Rescato también “En las fauces de la locura” (1994) de Carpenter, que si bien es cierto no está basada directamente en una novela o relato de Lovecraft, sí toma muchos elementos prestados. Lo ideal es que se desarrolle un ambiente opresor, como el que existía en “Alien”, dirigida por Ridley Scott.
-¿Qué actor está pintado para la película?
-Eso no es relevante, ya que Lovecraft fue capaz de despojar al hombre del universo narrativo para hacer del ambiente la figura central, donde hay un miedo ancestral. Es capaz de crear idiomas, resucita cultos a dioses antiguos, urde historias, dialoga con el universo...
-¿Cómo nos resume “En las montañas de la locura”?
-Se trata de una expedición científica que va a la Antártica y que descubre la presencia de una geografía imposible y de una especie maligna, que será despertada. Lo demás es para gusto de los lectores o quienes vean la película.
-No es como las películas de terror con zombies ni Freddy Krueger, entonces.
-No, es menos evidente y sugiere más que mostrar. Es un desafío muy grande para el cine ya que el mismo escritor muchas veces dice que el terror en sus relatos es “indescriptible, inenarrable”.
NOTAS DEL ENTREVISTADO:
2.-Los medios actuales suelen recurrir a la brevedad y simplificación de contenidos. También es cierto que se tiende al sensacionalismo y se prefieren las frases cortas y categóricas. Por ello, hubo algunos puntos que no se pudieron detallar mejor. Me hubiera gustado hacerlo. Especialmente respecto a la relación Lovecraft-cine.
3.- No sé si fue una humorada del entrevistador o una errata muy divertida. Me refiero al hecho que se me sindica como estudios de la Universidad Miskatonic. Los lectores de Lovecraft saben que ¡dicho centro universitario es un invento del mismo Lovecraft y que no existe, al menos en el mundo vigil!
martes, agosto 03, 2010
“SEMANA GUENONIANA DE BUENOS AIRES – 2010”
  
Encuentro de estudios tradicionales de la República Argentina
La “Semana Guenoniana de Buenos Aires” se inició en el año 2001 al cumplirse 50 años de la muerte del pensador tradicionalista francés René Guénon. Desde dicha fecha, se ha venido realizando el evento convocando a figuras del ámbito intelectual y académico nacionales e internacionales especializados en el estudio de las tradiciones religiosas.
En este ciclo 2010 organiza el encuentro el Centro de Estudios Ariadna. La coordinación del evento corresponde al Lic. Leandro Pinkler y al Prof. Santiago Giromini.
PRIMER DÍA
Día: Miércoles 25 de agosto
Horario: 18.00
Lugar: Honorable Congreso de la Nación - Salón auditorio
Dirección: Hipólito Irigoyen 1708 – 5to. Piso.
Todas las actividades son libres y gratuitas hasta colmar la capacidad de la sala
Conferencias:
Prof. Santiago Giromini
Título: “Presentación"
Dra. Dina Picotti
Título “La cuestión del último Dios en Martín Heidegger”
Dr. Sergio Fritz Roa –
Título: “La búsqueda de los centros espirituales de América por rosacruces y jesuitas”
Reseña de los Expositores:
Prof. Santiago Giromini: Filosofía, Universidad de Buenos Aires. Forma parte del cuerpo docente del núcleo “Sociedad y cultura contemporánea”, dicta cursos de capacitación docente en el Ministerio de Educación (GCBA), cursos de Filosofía contemporánea e Historia, Actualmente, integra el cuerpo docente del Patriarcal Ateneo San Marcos (San Pablo-Brasil) .
Dra. Dina Picotti: Doctora en filosofía (Univ. de Munich). Docente en Universidades nacionales (Universidad de General Sarmiento) y privadas de Argentina. Ha sido Decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Morón y Directora de su Instituto de Pensamiento Latinoamericano; actual coordinadora de la Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Matanza. Es investigadora en temas de filosofía contemporánea, filosofía de la historia y de cultura latinoamericana.
Sergio Fritz Roa. Escritor, investigador, conferenciante, estudioso de la metafísica tradicional y el simbolismo hermético, de la ciudad de Santiago de la República de Chile. Dirige la revista "Bajo los Hielos" (www.bajoloshielos. cl), de antigua presencia en internet. Es autor de la novela «El Jardín de Trincheras», recientemente publicada en italiano; coautor de la enciclopédica obra sobre la Orden del Temple "Codex Templi" (Aguilar, Madrid, 2005), del libro "Templarios: Cruz y medialuna" y de la antología fantástica "Poliedro I", como de varios artículos sobre espiritualidad tradicional y Literatura Fantástica.
SEGUNDO DÍA:
Día: Sábado 28 de Agosto de 2010
Horario: 11.00
Lugar: MALBA-Fundació n Constantini - Salón auditorio.
Dirección: Av. Figueroa Alcorta 3415 – P.B.
Todas las actividades son libres y gratuitas hasta colmar la capacidad de la sala
Conferencias:
Lic. Leandro Pinkler
Titulo: “Tradición y transmutación espiritual”
Dr. Francisco García Bazán
Título: “René Guénon y las posibilidades de la metapolítica tradicional”
Dr. José Antonio Antón Pacheco
Título: “Acercamiento a René Guénon desde la filosofía contemporánea. El caso especial de la hermenéutica”
Leandro Pinkler es licenciado en Letras por la UBA , docente auxiliar de la cátedra de Lengua y Cultura Griegas de la misma universidad. A integrado grupos de investigación en el CONYCET, UBACYT Y CIFIRE, profesor asociado de la Fundación Centro de Estudios Psicoanalíticos, director del Centro de Estudios Ariadna y codirector de la revista El hilo de Ariadna. Autor y Compilador del libro La religión en la época de la muerte de Dios. A participado de varios trabajos de traducción de obras clásicas griegas entre las que se puede mencionar Antigona y Edipo Rey. Especialista de la obra del filósofo alemán Frederich Nietzsche, donde ha participado en la traducción y análisis de sus textos del alemán al castellano.
Francisco García Bazán es licenciado en Filosofía (UBA), Doctor en Filosofía (Universidad del Salvador), becas de postgrado en Roma. Investigador Superior del CONICET y Director de la Escuela de Graduados de la Universidad Kennedy. Ha publicado extensamente sobre las relaciones entre el cristianismo primitivo, la filosofía antigua y la fenomenología e historia de las religiones. Obras recientes: Aspectos inusuales de lo sagrado, Textos gnósticos de Nag Hammadi, La gnosis eterna (Ed. Trotta, Madrid), La concepción pitagórica del número y sus proyecciones, Jesús el Nazareno y los primeros cristianos. La Religión Hermética. Formación e historia de un culto de misterios egipcio y El gnosticismo: esencia, origen y trayectoria. Fue galardonado con el Konex de Metafísica y el Premio Bernardo Houssay a la Investigación Científica. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
José Antonio Antón Pacheco es profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Sevilla. Sus publicaciones están relacionadas fundamentalmente con la reflexión y la investigación filosóficas. Destacamos: Elementos de metafísica tradicional (Madrid, 1982), Symbolica nomina: introducción a la hermenéutica espiritual del Libro (Barcelona, 1988), Ensayo sobre el tiempo axial (Sevilla, 1995), Los testigos del instante. Ensayos de hermenéutica comparada (Madrid, 2003) y otras obras. Presta una especial atención a la figura de Emanuel Swedenborg, de quien ha publicado: Un libro sobre Swedenborg (Sevilla, 1991) y Swedenborg: el habitante de dos mundos. Obra científica, teológica y visionaria (en colaboración con Christen Blom-Dahl, Madrid, 2000). En lo que respecta a la creación literaria ha publicado La lluvia perseguida (Huelva, 1979) y Midrás (Sevilla, 2003).
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